La virgen Santa Casilda nació en Toledo, en la primera mitad del siglo XI. Es recordada como la joven toledana, hija de un rey moro, gran favorecedora de los cristianos cautivos en la corte de su padre. Por sugerencia de uno de ellos y con cartas de su padre para el rey Fernando I, vino a Castilla, en busca de salud corporal y espiritual. Se consagró a la oración y a la penitencia, junto al santuario de San Vicente, cerca de Briviesca. Murió el año 1075, siendo hoy muy venerada por los fieles que recurren a su Santuario solicitando auxilio y protección.
La Delegación diocesana de Migraciones organiza el 89º Círculo de Silencio. Un gesto de denuncia pacífica para reivindicar los derechos de los migrantes. Se desarrolla en el Paseo Sierra de Atapuerca.