San Pedro Regalado nació en Valladolid, el año 1390. A los 14 años, y bajo la dirección de su maestro el padre Pedro Villacreces, se retira a una ermita situada en el pueblo burgalés de La Aguilera, llegando a convertirse este lugar en la cuna de la reforma franciscana en Castilla. Destacó por su austeridad, por su caridad hacia los enfermos y por el ministerio de la palabra. Murió el año 1456. Sus restos se conservan en el convento franciscano de La Aguilera. Los pueblos de la Ribera burgalesa lo veneran como patrono.
Las Religiosas Agustinas Ermitañas del Monasterio de la Madre de Dios realizarán un novenario hasta el día 22 para celebrar el día de Santa Rita de Cascia, monja agustina. Se rezará el rosario, las flores a la Virgen y finalmente se celebrará la eucaristía (excepto el domingo 20, que se hará a la 12:00). El último día del novenario, los asistentes recibirán además una rosa, símbolo principal de la santa.
Una vez al mes, los jóvenes de Burgos entre los 15 y 30 años, se reúnen en una parroquia para compartir un tiempo de oración en torno a una temática específica. En esta ocasión será sobre el próximo Sínodo sobre «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional». Al terminar, los asistentes tienen un espacio para compartir sus experiencias y darse la oportunidad de hacer nuevas amistades en Cristo.
Este evento está convocado y organizado por la delegación de Infancia y Juventud de la diócesis.
San Fernando fue rey de Castilla y de León en la primera mitad del siglo XIII. Es el rey de la reconquista del sur de España. Nació en Valparaíso (provincia de Zamora) en diciembre de 1198 y murió en Sevilla el 30 de mayo de 1252. Era hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela, futura reina de Castilla. En 1217 su madre, al ser reconocida reina, abdicó en su hijo la corona castellana y, al morir su padre, en 1220, accedió a la corona leonesa.
La primera piedra de la Catedral gótica de Burgos se colocó el 20 de julio de 1221 en presencia de los promotores del templo: el rey Fernando III de Castilla y el obispo Mauricio, prelado de la diócesis burgalesa desde 1213. En 1219 contrajo matrimonio con Beatriz de Suabia, ceremonia nupcial que se realizó precisamente en la vieja catedral románica. Fue un verdadero modelo de rey y de esposo.
San Iñigo fue abad del monasterio benedictino de Oña. Nació en Calatayud, a fines del siglo X. Durante 35 años, hasta su muerte acaecida el 1 de junio de 1068, rigió santamente el Monasterio de Oña y las muchas iglesias a él encomendadas. Tuvo gran fama como taumaturgo en los siglos de la Reconquista y del esplendor de España. Fue canonizado el año 1163 en el Sínodo de Tours, por una bula del Papa Alejandro III. Sus reliquias se conservan en el templo parroquial de Oña.
San Juan de Ortega, cuya memoria celebra hoy nuestra iglesia diocesana, fue un sacerdote nacido en Quintanaortuño, el año 1080, y que murió el 2 de junio de 1163. Destacó por su ayuda y asilo a los peregrinos que, camino de Santiago, cruzaban los montes de Oca y encontraban, a su paso, ladrones y salteadores. Varios pueblos, instituciones y personas recurren a su Santuario en demanda de auxilio y bendiciones celestiales.
Los Centinelas de la Mañana volverán a poner en marcha esta iniciativa de primer anuncio a los jóvenes por las calles de la ciudad. En esta ocasión se llevará a cabo en la iglesia de San Lesmes de Burgos. Quienes deseen salir a la calle a anunciar deberán asistir a los momentos de preparación, formación y convivencia desde las 18:30 horas. Para participar es necesario inscribirse a través de la web delejuburgos.org.
Los jóvenes de la diócesis mantienen su última oración conjunta del curso. Esta vez girará en torno al pasaje de los discípulos de Emaús y la cita bíblica «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?»
Desconocemos la fecha del nacimiento y de la muerte de los Santos mártires Quirico y Julita. La devoción popular de la Edad Media a estos Mártires se debe a posibles reliquias de los mismos, traídas a nuestra Diócesis.
El beato Manuel Ruiz López nació en San Martín de las Ollas (pequeña localidad al norte de la provincia de Burgos) el 5 de mayo de 1804, y murió mártir, decapitado en el altar, en Damasco (Siria) el 10 de julio de 1860. Fue párroco de Para (pueblo burgalés) y profesor de lenguas semíticas en el Seminario de Burgos. El Papa Pío XI lo beatificó el 10 de octubre de 1926, junto con otros siete compañeros.