Su iglesia, dedicada a San Pedro, apóstol, es renacentista, de tres naves y cabecera, con bóvedas de estrella. Su ábside es rectangular con contrafuertes en esquinas. La portada es renacentista con arco de medio punto con impostas, cuatro pilastras, friso, tres hornacinas con imágenes y frontón clásico, rematada en bolas y cruz, atribuida a Juan de Solares. Y la torre es cuadrada, amplia y airosa, de dos cuerpos con 16 huecos dos campanas y dos campanillos, rematada en pináculos. La pila es avenerada, sencilla y el retablo mayor es barroco, de Policarpo de Nestosa y Juan Galerón, con buena imagen de San Pedro. Hay una Virgen sedente y un Crucificado del siglo XVI.
Hay cerca del puente una ermita, dedicada a San Juan Bautista, prerrománica (para algunos visigótica), rectangular, con canes sencillos, con arco mozárabe del siglo X y portada en herradura y con rasgos de arquitectura condal. Queda la iglesia de un antiguo convento renacentista de dominicos con un retablo de Domingo de Vallejo y Juan Gandía. Tiene una ermita, compartida con Ahedo y La Revilla, denominada del Amparo. Hay otra ermita dedicada a la Virgen de Villavieja. Ante la iglesia, dentro del atrio, hay un sencillo crucero y fuera del atrio, en la plaza, hay un magnífico rollo jurisdiccional, de 1759, sobre cuatro escalones cuadrangulares. Hay también un curioso Vía-Crucis de piedra- catorce cruces-, que, partiendo del centro del pueblo, salen de él siguiendo la carretera que conduce a Vizcainos de la Sierra.
Las fiestas patronales son el primer fin de semana de octubre en honor a la Virgen del Rosario.