Del «tú» y «yo» al «nosotros»

El noviazgo es una etapa esencial para preparar el terreno del matrimonio. Sandra y Fernando son dos jóvenes que en breve darán el paso para compartir juntos el resto de sus vidas, y nos cuentan cómo viven y se forman durante estos meses previos.

 

En 2005, miles de jóvenes se reunían en Colonia en la Jornada Mundial de la Juventud convocada por Benedicto XVI. En este marco se conocieron Sandra Rodrigo y Fernando González, de Burgos y Miranda. Allí, cada uno tuvo la oportunidad de vivir experiencias que les cambiaron y llegaron al corazón, aunque no fue hasta el viaje de vuelta a Burgos cuando hablamos por primera vez, ¿casualidad? «No lo creemos»–afirma Sandra–. «A partir de ahí surgió una amistad que fuimos cultivando, en un principio, gracias a oraciones, convivencias, encuentros diocesanos en los que participábamos, y después quedando en Burgos y Miranda con amigos de cada lugar». Así, lo que en principio era una amistad, fue creciendo, y después de unos años «nos dimos cuenta de que ese sentimiento nos llevaba a algo más».

 

Ya desde el principio tenían claro que una relación de noviazgo no es una relación «eterna», es un medio para un fin, «y ambos compartíamos esa visión de que el noviazgo es la etapa de conocimiento del otro, para poder decidir con criterio si llegar al matrimonio con esa persona o no». Cuando llevaban casi 5 años saliendo juntos, los dos –«y lógicamente también por separado»– sintieron una llamada personal a apostar por el otro, «aunque deberíamos esperar a tener una situación laboral algo más estable para poder llevar a cabo nuestro sueño», señala Sandra.

 

Sandra y Fernando

Fernando y Sandra.

 

«Nosotros pensamos que el noviazgo, como todas las relaciones, debe crecer progresivamente, partiendo del ‘tú’ y del ‘yo’, dos personas con costumbres, formas de interpretar la realidad, e incluso con escala de valores distinta, en el que cada uno se va dando a conocer, donde va aumentando el deseo de hacer feliz a la otra persona, dando lo mejor de uno mismo y limando aquellos aspectos que dificultan la relación de pareja». El respeto y la comprensión juegan un papel muy importante, y no puede faltar el perdón. Para fortalecer el noviazgo es necesario buscar momentos para compartir y vivir juntos la fe. «Y así, paso a paso, si se ha encontrado a la persona idónea, convertirse en un ‘nosotros’ donde cada vez más los intereses de la otra persona se convierten en tus intereses, y su felicidad en la tuya».

Dios y el noviazgo

Pero, ¿en qué medida influye esa fe en la relación? «Tenemos la suerte de poder compartir la fe, y somos conscientes de que de no ser así, nos estaríamos privando del conocer y comprender al otro en su totalidad. Nos conocimos en un encuentro a nivel mundial de jóvenes con fe, creemos que Dios forma parte de nuestra relación, y su presencia, lejos de privarnos de nada, nos impulsa a darnos y dar un sentido a todo cuanto realizamos y a nuestros proyectos».

 

En estos días de preparación a su boda, los cursillos prematrimoniales también han tenido un papel importante a la hora de reflexionar sobre el matrimonio. «En ellos nos dimos cuenta de que en medio de tanto preparativo quizá estábamos descuidando los más importante, la celebración de nuestro enlace y la vida en común que vendrá después». Todo paso importante requiere de una preparación y por ello es necesario dedicar un tiempo para reflexionar, compartir y formarse sobre lo que supone esta aventura, «tanto las cosas buenas como las dificultades y cómo poder hacerlas frente juntos, enfatizando la importancia y la suerte de tener a Dios en medio de nosotros». Profundizando en los temas del cursillo, Sandra y Fernando están realizando también el master del instituto Juan Pablo II sobre familia, en el que se tratan temas fundamentales del matrimonio y la fe.

 

La nueva etapa que se avecina también genera cierta incertidumbre, pues como dice Sandra, «no solo es una etapa desconocida, sino que también se suma que nunca hemos vivido ni si quiera en la misma ciudad, pero eso no impide la ilusión de empezar nuestra vida juntos compartiendo nuestro día a día. Sabemos que no es fácil, que el amor habrá que alimentarlo todos los días; habrá algunos que nos será más fácil hacer feliz al otro y días en los que tendremos que esforzarnos más, pero esto no hace más que aumentarnos las ganas de compartirlos y superarlos juntos».

 

El próximo 10 de octubre será cuando Sandra y Fernando se casen en la Real y Antigua de Gamonal, y les damos la enhorabuena para que disfruten de ese gran día y de todos los que les quedan por vivir en adelante.

Comentarios

Se el primero en publicar un comentario.

Danos tu opinión