In memoriam Rufino García Gutiérrez

Esta mañana nos sorprendía la noticia, Rufino, párroco de Celada del Camino, cuando iba a entrar en la Iglesia a celebrar la Misa del Patrón del pueblo, un infarto ponía fin a su vida.

Natural de Villafranca Montes de Oca, ordenado sacerdote en 1959. Desde entonces ha servido en varios pueblos de la Diócesis: en la Sierra, en Bricia, últimamente, en Celada y Villavieja.

Humilde trabajador en la Viña del Señor, muerto en la trinchera, “en servicio”, a la puerta de la Iglesia. Hombre sencillo, silencioso, no se hacía notar, querido por la gente sencilla, amigo fiel.

Los sacerdotes perdemos a un hermano que, sin hacer ruido, hacía su trabajo, de hecho, con 79 años, sin poner pegas ni protestar, con la salud muy precaria, herido de muerte, como se ha visto, servía a dos pueblos.

Que el Señor, el buen Pagador, le recompense lo que aquí en la vida, quizá, los humanos no hemos sabido apreciar ni valorar.

Descansa en Paz, Rufino.

Jesús Yusta Sainz

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