In Memoriam Vicente Proaño Gil

Ha muerto D. Vicente Proaño Gil, sacerdote. Sirvió a la Iglesia como Profesor, Vicario General, Deán de la Catedral. Sobre él recayeron grandes responsabilidades en un tiempo de fuertes, profundos y acelerados cambios sociales, políticos y eclesiales. Hubo de tomar decisiones, urgidas por el devenir histórico, muy importantes, arriesgadas, controvertidas, audaces. Fiel, leal y estrecho colaborador de cuatro obispos, a quienes ayudó en la tarea de dar respuesta a los nuevos problemas que el cambio epocal iba generando.

Su obra ahí está. Es fácil y cómodo dar respuestas al pasado desde el presente. Barruntar los problemas, adelantarse y ofertar la respuesta acertada, en el momento preciso, es de sabios. Esta es la empresa que, sin otro interés que el servir, de la mejor manera posible, a los hombres y mujeres de Burgos, afrontaron estos hombres con los que D. Vicente colaboró muy de cerca y que, ahí ha quedado.

La Historia, la verdadera Historia, no esas historias sectarias que responden más al resentimiento que a la verdad de los hechos, sabrá reconocer un trabajo y una obra que, en muchos aspectos, fue humanamente desinteresada y sincera, eclesialmente acertada y novedosa, socialmente novedosa y modélica.

D. Vicente ha muerto. Llevaba largo tiempo, enfermo. También, mucho, en silencio. Él, que tuvo tanta actividad, tantas relaciones, tantas responsabilidades, ha vivido esta última etapa de su vida en el anonimato, sirviendo, escuchando, callando. Últimamente, herido de muerte, sufriendo.

Los hombres, ingratos, somos incapaces de reconocer y agradecer lo que los demás hacen por nosotros, pero, sabemos que la magnanimidad del Buen pagador no olvida los detalles.

Descansa en paz, hermano. Permite un ruego, desde la otra orilla, sigue trabajando, como lo has hecho desde ésta, por la Iglesia de Dios que peregrina de Burgos por la que has gastado y desgastado tu vida.
¡Descansa en paz!

Jesús Yusta Sainz

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