In memoriam Luis González Ortiz
Esta madrugada moría Luis González Ortiz. Covarrubias, su pueblo natal, Vizcainos, San Pedro de la Fuente, Quintanavides, Cavia y otros mochos pueblos se unen al dolor y oración de su familia pidiendo para que en este sacerdote se cumpla lo que él vivió en la esperanza y anunció a otros: el descaso eterno en las manos de Dios.
Luis nos ha dejado, ha pasado a la otra orilla. Su optimismo y amor a la vida, su vitalidad a pesar de los años, su entusiasmo por lo sencillo, lo simple, su lenguaje y su decir castizo, elemental, sin rodeos… es algo que, siempre nos remitirá a este rachel de bien.
Hoy, cuando le decimos: “hasta luego”, pedimos que el Señor le recuerde. Nuestro recuerdo a nosotros puede servirnos de consuelo pero a él no le haría nada, sin embargo, si Dios le recuerda, este recuerdo es vivificante pues Dios es eterno; por tanto, presente y, en él, no tiene cabida la muerte. Los que tenemos fe, aunque nos duele su partida, sabemos que Luis no ha muerto, vive en el recuerdo de Dios que es la auténtica vida.
Por eso, Luis, hoy, es plenamente hombre, cristiano y sacerdote. Esta mañana entraba en esa otra dimensión donde las cosas dejan de ser apariencia e inconsistentes y adquieren su plena realidad y sentido.
¡Descansa en paz, Luis!
Jesús Yusta Sainz