Día del Misionero Burgalés

2014 06 08 mensaje arzobispo de Burgos pdf

Es ya una tradición, que al llegar el mes de junio la comunidad misionera de la diócesis se reúna para celebrar un día de encuentro fraternal y gozoso, en el que se hace memoria agradecida por todos los misioneros y misioneras burgaleses esparcidos por los cinco continentes. También se recuerda a sus familias, pues ellas han sido las cunas en las que ha nacido y madurado su vocación.

Este año nos reuniremos en Trespaderne el próximo 15 de junio, domingo. Los actos programados son éstos. En primer lugar, la Acogida por parte de las Autoridades a los misioneros/as, familias y amigos de las misiones. Seguidamente, una eucaristía concelebrada, que tendré el gusto de presidir. Luego una comida compartida y una alegre sobremesa. Por último, una Vigilia de Oración en la que se reflexionará y orará con textos de la Escritura y de la exhortación “La alegría del Evangelio”, del papa Francisco. La Jornada gira en torno al lema “La alegría de evangelizar”.

La orientación de la Jornada y los actos programados quieren ser una respuesta y una confirmación de estas palabras del Papa: “La alegría que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentaron los setenta y dos discípulos al regresar de la misión llenos de gozo. La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos. La alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado” (EG, 21).

Esta es la alegría que viven nuestros más de 800 misioneros y misioneras en todo el mundo y que les impulsa a seguir evangelizando después de 30, 40 o más años, muchas veces con la salud ya quebrantada. Es también la alegría que comparten sus familias, que se sienten honradas y dichosas de que sus hijos, hermanos y parientes estén dando a conocer a Jesucristo en África, Asia o América. Es la alegría de todos los cristianos que estamos deseosos de comunicar entre nuestros familiares, amigos y conocidos la Buena Noticia de que Jesucristo les ama y desea su felicidad.

La familia de los misioneros/as ha ocupado siempre un lugar destacado en la Jornada del Misionero burgalés. No puede ser de otra manera, porque, si bien es verdad que la fe es un don de Dios, no lo es menos que ese don se comunica a través de quienes son sus testigos. Entre los cuales la familia ocupa un lugar primordial. Lo sabemos bien quienes hemos tenido la suerte de recibir y aceptar la fe en nuestras familias, con la misma naturalidad y eficacia con la que respirábamos el aire o movíamos el corazón. En ese ambiente nació, creció y maduró la vocación de los misioneros/as burgaleses diseminados por el mundo. Ahí es donde siguen naciendo todas las vocaciones de entrega a Dios, sean religiosos, sacerdotes y misioneros, sean seglares en medio del mundo.

La crisis de fe y de valores de la sociedad actual ha llegado también a la familia y se deja sentir de modo especial en lo que respecta a las vocaciones de las que coloquialmente llamamos “misioneras” y las de quienes se toman en serio la dimensión misionera de su bautismo. Todo esto es lo que ha llevado al papa Francisco a convocar un sínodo extraordinario de obispos, cuya primera fase se celebrará el próximo octubre y se concluirá en el octubre de 2015, Por todo ello, la Jornada de este año del “Día del Misionero burgalés” quiere incidir de modo especial en sus familias, tanto para agradecerlas su contribución como para sostenerlas en su fe y en su dinamismo misionero.

Pidamos a la Virgen, Estrella de la Nueva Evangelización, que siga bendiciendo a nuestra diócesis con abundantes misioneros y misioneras, y nos alcance a todos la alegría y el gozo de anunciar a Jesucristo en nuestra vida ordinaria: en nuestra familia, en nuestro trabajo, en los ambientes en que nos movemos.

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