«Quería participar en algo tan importante como Eucharistia»
Desde que el pasado 6 de mayo fuese inaugurada la exposición «Eucharistia» de Las Edades del Hombre, todas las cifras han sido favorables. Así, hemos conocido que la afluencia de visitantes a la muestra presente en Aranda de Duero es algo superior a la que tuvo lugar en la edición anterior, «Credo».
De hecho, «Eucharistia» recibió recientemente a su visitante número 25.000, la gaditana María Dolores Gómez Santiago, que acudió a la exposición acompañada de su marido. Entre estos miles de visitantes está también Amalia Sancho Domingo, una arandina de adopción que procede de San Juan del Monte. Amalia se ha podido acercar estos días a la exposición junto con un grupo de compañeros de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), junto con José Luis Lastra, párroco de la iglesia de Santo Domingo de Aranda. Amalia señala que este año la exposición le ha resultado más senncilla que en anteriores ediciones, «no hay acumuladas tantas obras ni tantos cuadros». Sobre las obras expuestas, no sabe elegir una favorita, «todas me han gustado mucho, para un cristiano lo principal es la Eucaristía, y una muestra de arte orientada hacia este tema me ha llenado».
Voluntarios preparados
Pero hay un factor importante a la hora de valorar el paso de los visitantes por «Eucharistia», y es que probablemente las cosas no saldrían tan bien sin la labor que prestan los numerosos voluntarios que se han ofrecido para atender a los turistas que se acercan a la capital ribereña. Un total de 85 personas se ofrecieron para colaborar en la celebración de «Eucharistia», una cifra que supera lo esperado, ya que se pensaba alcanzar los 80 voluntarios.
Ramón García es uno de ellos, y se trata de un veterano en temas de voluntariado, ya que previamente ha colaborado con Cáritas y Cruz Roja Española en la recogida de alimentos para gente necesitada.
Ramón está jubilado, y por eso decidió que la mejor manera de invertir su tiempo libre era ayudando a los demás. Vestido con un atuendo identificativos que se compone de un chaleco naranja y una placa, Ramón comenta que decidió implicarse como voluntario de esta exposición «porque quería participar en algo tan importante como lo que se iba a llevar a cabo en Aranda de Duero, la décimo novena edición de Las Edades del Hombre». Una labor que le gusta, donde lo mejor es «la ayuda que se proporciona a la gente, orientando a quienes no conocen la villa». Y la labor de voluntario también ofrece la oportunidad de aprender, «sobre todo a relacionarte con la gente».
Ramón espera que la exposición dé más relieve a Aranda de Duero, y que la localidad de la Ribera «sea más conocida para todos». El verano se presenta como la época de mayor afluencia: «los visitantes aumentarán en gran medida como ha ocurrido en aquellas ciudades donde también se ha celebrado esta exposición», así que a Ramón y los demás voluntarios no les va a faltar trabajo como colaboradores en la muestra.