La Iglesia quiere acompañar a la familia actual

2014 07 06 mensaje arzobispo de Burgos pdf

El pasado 26 de junio se presentó en Roma el “Instrumento de trabajo” del próximo sínodo de obispos, que se celebrará en Roma en octubre. El documento, que lleva por título “Los desafíos de la familia en el contexto de la evangelización, es el resultado de una investigación promovida por el Documento Preparatorio, que incluía 39 preguntas y que se ha enviado a diversos estamentos de toda la Iglesia. Por eso, constituye un interesante diagnóstico sobre la situación familiar de los católicos en todo el mundo.

El documento está dividido en tres partes. La primera está dedicada al Evangelio de la familia; la segunda, a los desafíos pastorales que tiene planteada la familia hoy y la tercera, a algunas cuestiones más particulares. Ahora se enviará a las Conferencias Episcopales, para que puedan estudiarlo y hacer posible que el Presidente de cada una de ellas lo presente en la asamblea que tendrá lugar durante los días 5 al 19 de octubre próximo. Terminada esta asamblea, se confeccionará un nuevo documento que servirá para la segunda fase del Sínodo, que se celebrará en Roma en el mes de octubre del 2015.

Aunque bastantes medios de comunicación han reducido el trabajo del Sínodo a una discusión sobre problemas actuales como las parejas de hecho, las familias monoparentales o los divorciados, lo cierto es que el “Instrumento de trabajo” –sin dejar de un lado estas problemáticas- se abre a un horizonte mucho más amplio y mucho más rico. Por ejemplo, la primera parte se centra en la belleza de la vocación al amor familiar y cómo, para comprender esta vocación, es preciso conocer bien las enseñanzas relativas al matrimonio y la familia, tanto las que derivan de la ley natural como las que se encuentran en la Biblia y en el Magisterio de la Iglesia. Con este motivo se aborda, por ejemplo, la preparación al matrimonio, sobre la que hay muchas propuestas que lamentan que “las parejas se presenten a menudo en el último momento, habiendo ya fijado la fecha de la boda, incluso aunque la pareja presente aspectos que requerirían un cuidado particular”.

Algunos medios de comunicación han insistido también en que el Sínodo aborde la cuestión de las uniones homosexuales. El documento aclara que “no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni tan siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”. Las personas homosexuales, ciertamente, han de ser acogidas con respeto y hay que evitar contra ellas cualquier “injusta discriminación”. Pero en cuanto al matrimonio de las personas del mismo sexo las respuestas que han llegado de todo el mundo son inequívocas: “todas las conferencias episcopales se han expresado en contra de que se redefina el matrimonio entre un hombre y una mujer, mediante una legislación que permita la unión entre dos personas del mismo sexo”.

Un punto que a mí me ha interesado especialmente es la responsabilidad educativa de los padres respecto a los hijos y, más en concreto, la transmisión de la fe y las formas de colaboración entre los padres, la parroquia y la escuela católica.

No es difícil advertir que estamos ante un documento de gran calado, si bien, de momento, sólo sea un instrumento de trabajo para el próximo Sínodo. Aunque sólo sirviera para conocer la situación de la familia en el mundo y en la Iglesia, habría valido la pena. Pero es que, además, va a servir para entrar a fondo en la gran problemática de la familia en el mundo actual y dar respuestas pastorales de gran alcance. Os invito a pedir al Espíritu Santo que derrame abundantemente sus luces sobre los miembros del Sínodo.

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