Una delegación al servicio de las vocaciones

Coincidiendo con el cuarto domingo de pascua -conocido como el domingo del Buen Pastor-, la Iglesia celebraba ayer la jornada mundial de oración por las vocaciones. Aprovechamos la circunstancia para conocer la labor que, en la búsqueda de nuevas vocaciones, realiza la delegación de pastoral vocacional.

 

Como cada cuarto domingo de Pascua o domingo del Buen Pastor, se celebró en el día de ayer la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Creada por el beato papa Pablo IV, alcanzaba ya su quincuagésima segunda edición. Para ella se eligió como lema “Qué bueno es caminar contigo”. Estas palabras quieren significar el gozo de la llamada y alegría de servir al evangelio. Jesús es el camino, el itinerario a seguir por el discípulo misionero, con la convicción de que nunca camina solo. Además, la vocación es un doble ‘contigo’, con mayúscula y con minúscula: Contigo Dios da la vida, y contigo, cada persona que Dios nos pone en el camino.

 

Al hilo de esta jornada, subrayamos hoy la labor que realiza la delegación de pastoral vocacional de la diócesis de Burgos, la cual se encarga de la promoción de numerosas actividades de cara a niños y jóvenes. Su objetivo es provocar la llamada  en el seguimiento a Cristo en la vida sacerdotal o religiosa. De hecho, “llamados” es la denominación de la página web de esta delegación, en la que se presentan un conjunto atrayente de iniciativas, como encuentros, convivencias, retiros, campamentos o concursos vocacionales. A este respecto existe también la llamada cadena de oración, una red de personas que en cada parroquia o comunidad, se comprometen a rezar un día a la semana, durante todas las semanas del año, ofreciendo al menos un misterio del Rosario con intención vocacional. El próximo sábado 16 de abril se preparan ya para celebrar, un año más, el tradicional encuentro diocesano de monaguillos.

 

Precisamente ayer, el monasterio de las madres Salesas de la capital, acogió a media tarde el rezo de las vísperas solemnes, con las que se oró por el aumento de vocaciones de especial consagración en la Iglesia burgalesa. Para el delegado de pastoral vocacional, Enrique Ybáñez, «las vocaciones dependen de cuánto recemos por ellas». De ahí que la jornada de ayer pretenda recordar que hacerlo es una «tarea irrenunciable», porque «quienes desean que la Iglesia siga siendo bella, santa, grande y que pueda seguir trabajando por el Reino de los Cielos necesitan que siga habiendo jóvenes que consagren su vida en la vida consagrada, en el sacerdocio o en la misión».

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