Don Fidel en su toma de posesión: «Quiero amar, amar y servir»

Don Fidel Herráez Vegas ha tomado posesión de la diócesis en una solemne eucaristía en la que le han acompañado numerosos obispos, sacerdotes y pueblo fiel. En su homilía ha desgranado sus intenciones como arzobispo de Burgos, la de lograr una «Iglesia sensible y atenta a quienes más nos puedan necesitar, a los ancianos, a los niños, al dolor de nuestros hermanos en cualquier situación de pobreza, de enfermedad, de soledad, de carencia de Dios».

 

El canciller será el encargado de mostrar al colegio de consultores las «letras apostólicas» con el nombramiento del nuevo arzobispo.
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El canciller será el encargado de mostrar al colegio de consultores las «letras apostólicas» con el nombramiento del nuevo arzobispo.

 

Una abarrotada catedral ha explotado en aplausos cuando don Fidel Herráez Vegas se ha sentado por primera vez en la sede del principal templo de la diócesis, tomando así posesión de la Iglesia burgalesa que empezaba a pastorear de forma oficial en ese preciso instante. Ha sido el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini, quien, después de leído el nombramiento firmado por el papa Francisco, le ha invitado a sentarse en la cátedra y le ha entregado el báculo de pastor, hecho que convertía al hasta ahora obispo auxiliar de Madrid en el cuadragésimo noveno arzobispo de Burgos. Después de la ovación, varias personas en representación de los sacerdotes, religiosos y familias de la diócesis se han acercado hasta la cátedra manifestando obediencia y afecto al nuevo arzobispo.

 

Ha sido el comienzo de una cuidada y solemne liturgia de toma de posesión en la que han participado un más que representativo número de prelados españoles, sacerdotes y pueblo fiel. La seo se ha quedado pequeña para acoger a las miles de personas que allí se han congregado para arropar a quien comenzaba su ministerio episcopal al frente de la diócesis burgalesa. Un ejercicio pastoral que el ya arzobispo emérito, Francisco Gil Hellín, ha augurado como muy fructífero y en el que «con la disponibilidad y entrega de los sacerdotes, el empuje de muchos seglares, el apoyo de los religiosos de vida activa, la oración y sacrificio de las almas contemplativas, tu dilatada experiencia en la diócesis de Madrid y con la gracia de Dios» el nuevo arzobispo conseguirá «una abundante cosecha».

Cumplir cada día el «oficio del amor»

Tras la lectura del evangelio, don Fidel ha pronunciado su primera homilía en la que ha revelado a todos los asistentes las líneas maestras sobre las que quiere asentar su ministerio episcopal en Burgos: «Deseo cumplir cada día callada y sencillamente con este “oficio de amor”, para que la entrega de mi vida, que es de Dios y es vuestra, llegue a todos, especialmente a quienes más necesitan de la cercanía de la Iglesia y del Señor, el Buen Pastor». Y es que para el nuevo arzobispo, su ministerio se traduce en «optar por el amor» y «salir al encuentro de los demás», «ayudaros con la autoridad de Cristo Cabeza y su estilo de Buen Pastor a ser dóciles a la acción de Dios, único constructor de nuestra Iglesia diocesana». De este modo, ha pedido oraciones a los burgaleses para que «en el encuentro con todos y cada uno de vosotros sepa acompañar y compartir, escuchar y proclamar, confirmar y corregir, vendar y perdonar y, sobre todo amar, amar y servir».

 

Don Fidel –que ha revelado sentirse «indigno y pequeño» al llegar a «esta diócesis de antiquísima historia» y «de profundas raíces cristianas»– ha manifestado que desea llevar a la práctica las palabras que inspiraron el lema de su ordenación sacerdotal y ministerio episcopal «Para que tengan vida», entresacadas del evangelio de Juan. En este sentido, quiere promover una «Iglesia sensible y atenta a quienes más nos puedan necesitar, a los ancianos, a los niños, al dolor de nuestros hermanos en cualquier situación de pobreza, de enfermedad, de soledad, de carencia de Dios».

 

Aunque ha manifestado «no traer ningún plan pastoral preconcebido» ha manifestado su deseo de continuar con el ya puesto en marcha desde la diócesis poniendo un «acento especial en anunciar con palabras y obras la misericordia del Señor» en el año jubilar que comenzará en toda la Iglesia las próximas semanas. Una tarea en la que desea que todos los cristianos caminen mano a mano junto a su pastor: «Vamos a caminar juntos, en la comunión de la Iglesia. Estoy a vuestro servicio. Cuento con todos vosotros. Os doy las gracias desde hoy».

Arropado

Numerosas personas no han querido perderse la cita y han acudido a la catedral para acompañar al prelado. Cuarenta obispos españoles se han desplazado hasta la ciudad para concelebrar en la eucaristía de toma de posesión de don Fidel. Entre ellos, además del nuncio y el arzobispo emérito, se encontraban los cardenales Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española; Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia; Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, y Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla.

 

Entre los obispos, destacaban los que han trabajado junto a él como obispo auxiliar de Madrid: el actual arzobispo, Carlos Osoro, y su auxiliar, Antonio Martínez Camino; así como César Franco, actual obispo de Segovia y otrora también auxiliar de la diócesis madrileña.

 

También han estado presentes más de cuatrocientos cincuenta sacerdotes que han concelebrado en la eucaristía, un número importante de ellos procedentes de Madrid. En la lista de las autoridades civiles se encontraban el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, el subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, el delegado provincial de la Junta en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, representantes del mundo militar e incluso de la misma Casa Real. Sin obviar a los numerosos fieles que han seguido la celebración –a pesar de las incomodidades y del frío helador– a través de veinte pantallas instaladas en la seo. El Orfeón Burgalés ha sido quien ha animado el canto litúrgico.

 

Con el acto de toma de posesión, don Fidel Herráez se convierte en el cuadragésimo noveno arzobispo de Burgos, sumándose así a la lista de obispos y arzobispos que han presidido esta Iglesia cuyos orígenes se remontan al siglo III. Un hecho que une directamente a la Iglesia burgalesa con la fe heredada de los apóstoles, de los que don Fidel es sucesor. De ahí que el de hoy haya sido un hito más en la dilatada historia de la diócesis y del que el pueblo burgalés ha querido ser partícipe.

Multimedia: ver galería fotográfica del acto

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