Comunicado ante las elecciones generales

Ante las elecciones generales del próximo 20 de diciembre, el departamento de formación sociopolítica de la diócesis publica el siguiente comunicado que reproducimos a continuación.

 

El 20 de diciembre tendrá lugar una nueva cita electoral en nuestro país, la tercera en menos de dos años. Al tratarse de una nueva oportunidad de compromiso responsable con el bien común, desde el Departamento de Formación sociopolítica de la Diócesis de Burgos queremos compartir la siguiente reflexión, en el marco de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

 

En primer lugar, conviene recordar que votar es una forma de participar democráticamente en la construcción de la sociedad. Es una de las grandes conquistas sociales y, además, supone una responsabilidad con repercusión en ámbitos como la organización social, las decisiones económicas o la manera de ejercer la política interior y exterior de nuestro país. Todos debemos sentirnos llamados a ejercer nuestro derecho de votar.

 

El voto de cada ciudadano va dirigido a un partido político que concurre con un candidato y con un equipo para gobernar. La personalidad de los candidatos y su exposición mediática puede llevarnos a descuidar lo realmente sustancial: su programa electoral. No debemos votar por emoción o por simpatía; nuestro voto debería respaldar a aquellos que presenten un proyecto de gobierno realizable, adecuado y orientado en toda su integralidad al bien común, sin permitir que nadie sea olvidado. Debemos tener en cuenta además que los candidatos sean honestos personalmente y que su trabajo sea transparente.

 

Desde hace algunos meses se repite una y otra vez la necesidad de ‘regeneración democrática’. La pluralidad de partidos con posibilidad de gobernar es un plus democrático innegable, pero la regeneración debe ir más allá. La corrupción ha herido profundamente nuestras instituciones económicas, políticas y sociales. Se ha avanzado en su persecución judicial, pero sigue habiendo no pocas dudas sobre el alcance de sus raíces: se ha penalizado en ocasiones a algunos corruptos, pero cabe preguntarse si ha ocurrido lo mismo con los corruptores, y si el sistema que ha permitido esta corrupción ha experimentado algún cambio significativo.

 

El actual estado de la política ha llevado a los candidatos a una creciente cercanía con los ciudadanos. Este aspecto positivo conlleva no obstante el riesgo de convertir al pueblo en público de un espectáculo, limitando gravemente su capacidad de reflexión: nunca ha de faltar el análisis de las propuestas de cada partido en cuestiones como los servicios sociales, la promoción de un trabajo decente, el respeto a las libertades, la defensa y promoción de una vida digna, el apoyo a la familia y la discapacidad, la atención a los inmigrantes y la relación solidaria con los países empobrecidos… Estos temas deben ser conocidos por cada ciudadano para ejercer un voto responsable.

 

De esta manera las próximas elecciones y cada voto serán una apuesta en la esperanza por construir una sociedad más solidaria y con oportunidades para todos, especialmente para los más afectados por la crisis, los recortes o el olvido institucional. Políticos, asociaciones sociales y ciudadanos, tenemos en las próximas elecciones una oportunidad determinante para avanzar en esa construcción.

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