Monaguillos que viven la misericordia
El Seminario de San José volvió a revivir ayer uno de sus eventos más cuidados y preparados: el encuentro diocesano de monaguillos. Cerca de setenta pequeños acólitos venidos de distintas parroquias de la provincia disfrutaron de un encuentro que este año se abría, por primera vez, a las niñas. En el acto participaron también algunos monaguillos procedentes de La Rioja.
El acto central del día fue una gran procesión que, partiendo del Seminario y recorriendo el paseo de la Isla, concluyó en la iglesia de las Madres Salesas -uno de los templos jubilares en este Año de la Misericordia-, donde celebraron la eucaristía. Para el delegado diocesano de vocaciones, Enrique Ybáñez, además de ser un momento propicio para dar testimonio por la calle, la procesión tenía como objetivo que «los niños se sintieran más monaguillos». Y es que, «al ser tantos era difícil que todos pudieran ayudar en la misa». Así que, todos ellos, ataviados con sus túnicas, portaron en procesión un cuadro de la Divina Misericordia mientras entonaban varios cantos.
Además de la eucaristía, el encuentro contó también con una catequesis sobre la vocación de Samuel, una gran yincana por todo el Seminario -«para que los chavales conocieran todos los rincones de la casa»- y otros grandes juegos. Una jornada, en definitiva, «alegre y muy divertida», tal como asegura Ybáñez.