Los fieles de la diócesis de Burgos homenajean, cada año, a su patrona Santa María la Mayor
La imagen de Santa María la Mayor preside el retablo Mayor de la catedral. Está ubicada en la zona central del segundo cuerpo, sobre el sagrario, lugar preferente de las devociones, dentro de una hornacina con angelitos, realizada por Domingo Bérriz.
En 1460 el obispo de Burgos, don Luis de Acuña y Osorio quiso dar mayores proporciones a la imagen de Santa María la Mayor, sustituyendo a la imagen titular que presidía el retablo mayor de pinturas góticas. Pues esta imagen era pequeña y se hallaba muy deteriorada. Se quiso que la escultura estuviese cubierta completamente de plata, a imitación de otras obras medievales de Sevilla, Salamanca o Plasencia y a semejanza de los modelos franceses de la época. Para ello el obispo aportó, la plata necesaria y el cabildo contribuyó con una elevada cantidad de dinero, 10.000 maravedíes.
Santa María, sentada en su trono de plata con el Niño en su regazo, data de 1464. Faltan precisiones para conocer el nombre del artista. Fernando de Oviedo o Cristóbal de Valladolid, pudo ser el autor de la obra. El primero compuso la corona de la Virgen en 1488; el segundo era el criado y platero del Obispo, y autor de los relicarios de Santiago, San Pedro y San Pablo.
La imagen de Santa María salió de la Catedral únicamente en circunstancias excepcionales. Hoy en día visita diferentes iglesias, escoltada por los fieles de la diócesis. El día de San Pedro y San Pablo, día central de las fiestas de Burgos, es honrada con una ofrenda floral. Su noventa tiene lugar del 7 al 15 de agosto, y sale el día 14 del mismo mes, en procesión por las calles de la cuidad.
La devoción a Santa María
La iconografía Mariana esta multiplicada a lo largo de todas las estancias de la seo burgalesa, ello provocó el cuto a Santa María la Mayor. Nombre que fue designado por Alfonso X, en 1260, a la iglesia de Burgos.
El pueblo burgalés tenía gran devoción a la imagen. En momentos difíciles como la peste de 1422 y 1455, los fieles encontraron en Santa María la Mayor alivio y consuelo.
La imagen de Santa María
Es una escultura de bulto redondo enmarcada dentro del último gótico, de tendencia hispano flamenca. El alargamiento del canon de la figura, la estilización de sus formas corpóreas, la actitud dulce y amable, la minuciosidad en la ejecución refleja un naturalismo en la figura. La imagen suscita cierta ternura y comunicación entre Ella y el Niño.
María se encuentra sentada en su trono de plata y sirve de asiento al Niño. Viste una túnica ceñida al pecho y un amplio manto que cae sobre sus piernas, marcando profundo pliegues. Es una Virgen joven, de rostro ovalado y suave mentón. Sus fracciones delicadas quedan envueltas por mechones sinuosos que se deslizan sobre sus hombros. Su actitud delicada queda reflejada en su suave mirada. En su mano derecha tiene un fruto que amablemente ofrece al Niño, al que sujeta suavemente con su mano izquierda.
El Niño Jesús está sentado sobre la pierna izquierda de la Virgen. Su rostro está modelado con suaves y pequeños mechones. Viste pañales y juega con el fruto que tiene su Madre, rompiendo con el frontalismo de las esculturas en épocas anteriores.
La Ofrenda Floral
El homenaje a la patrona se remonta al año 1954, cuando se nombró a la primera Reina de las fiestas. Los grupos de danzas la agasajaron con tantos ramos de flores, que optó por depositarlos en el altar de Santa María La Mayor.
En 1955, el programa festivo de la ciudad incluía un acto de homenaje a la patrona, y aunque en algunas épocas la tradición se ha visto interrumpida, en el 1987 el Comité de Folclore la retomaba tal y como la conocemos en la actualidad.
En los inicios, la comitiva popular de la Ofrenda Floral la formaban grupos de danzas y folclore. Progresivamente fueron incorporándose más colectivos. Hoy en día la comitiva está compuesta por peñas, casas regionales, grupos tradicionales, asociaciones culturales y grupos de danza.