Fernando García Cadiñanos: «Estoy al servicio de todos»

Desde el pasado mes de junio, Fernando García Cadiñanos es el vicario general de la diócesis de Burgos. Este burgalés del barrio de Santa Águeda, ha sido uno de tantos curas rurales de la diócesis, aunque recientemente ha trabajado en una parroquia de la ciudad, Nuestra Señora de las Nieves. Entre la parroquia, las clases de Doctrina Social de la Iglesia que imparte en la Facultad de Teología y su nombramiento como delegado de Cáritas el arzobispo le eligió como vicario general. Tanto trabajo le deja poco tiempo libre para dedicarse “a sus cosas”, que básicamente se resumen en estar con la familia cuando consigue sacar un hueco en su apretada agenda. Hoy nos cuenta cómo afronta su nueva misión.

 

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Fernando García Cadiñanos, en su toma de posesión el pasado 1 de junio.

 

P.: ¿En qué consiste la tarea de vicario general?

R.: La labor del vicario general es fundamentalmente ayudar al obispo en el gobierno ordinario de la diócesis, asesorarle en todas las cuestiones del gobierno ordinario de la diócesis, coordinar toda la labor de la curia diocesana, del resto de los vicarios y de lo que es la acción administrativa y pastoral de la diócesis. También tiene una misión vicaria, como dice la misma palabra, que es la de representar al obispo en los lugares y ámbitos donde él delegue o no se pueda hacer presente. El Código de Derecho Canónico incide en su potestad ejecutiva de poder actuar como ordinario en la diócesis al igual que el obispo y en comunión con él.

 

P.: ¿Cómo afrontas este cargo?

R.: Como un reto personal y de servicio a la Iglesia diocesana para la que me ordené hace veintitrés años. Las personas crecemos humanamente en función de los retos que tenemos que afrontar. En ese sentido me siento discípulo: tengo mucho que aprender, que escuchar, que acoger, que valorar, que reconocer… Desde el punto de vista sacerdotal, cualquier cargo es una nueva misión de entrega y de servicio desde otro lugar diferente en la misma misión eclesial que nos une a todos los cristianos: la extensión del Reino. Poco a poco, voy aprendiendo lo que supone esta tarea, situándome en este puesto de servicio y sintiéndome muy acompañado por el resto de compañeros sacerdotes así como de tantos cristianos y consagrados que me animan y sé que están orando por el buen éxito de mi misión. Ello hace que lo viva con paz y gozo.

 

P.: ¿Qué es lo que se espera de esta nueva responsabilidad?

R.: Creo que estamos en un tiempo de gracia eclesial y social. Y se necesitan vigías que sepan otear el horizonte para, en comunión con todos, situarnos adecuadamente como auténticos misioneros. La función de pastorear esta Iglesia de Burgos recae en nuestro obispo, don Fidel, que viene para, recordando la Evangelii Gaudium, ser un pastor que a veces se sitúe delante, otras junto a nosotros y en ocasiones detrás. La función del vicario general estaría en esa tarea de ayudar a nuestro obispo en esta difícil misión. Por ello, la actitud propia con la que afronto esta responsabilidad es única: la disponibilidad total y absoluta para un buen servicio a nuestra Iglesia diocesana, y así a nuestra sociedad.

 

P.: ¿Qué retos se te presentan por delante? 

R.: Existen los retos del día a día que consisten en la dinámica habitual del funcionamiento de nuestra Iglesia. Pero es bueno que, como decía antes, abordemos los retos fundamentales que hoy debemos afrontar y que el papa Francisco nos está recordando insistentemente. De la misma manera, don Fidel, unido a su magisterio, nos recuerda algunas características en las que tendremos que caminar y profundizar: ser una Iglesia más creíble y más evangélica, desde una profunda espiritualidad que nos lleve a las periferias sangrantes de nuestra diócesis; ser una Iglesia en salida, una Iglesia que sea buena noticia para nuestro mundo, que se haga presente involucrándose en los sufrimientos y esperanzas de nuestro mundo; ser una Iglesia que camine en comunión, para que los diferentes carismas y las diferentes vocaciones (sacerdotal, religiosa y laical) iluminen y embellezcan el tiempo presente que nos ha tocado vivir; ser una Iglesia que sepa transmitir la buena noticia de Jesús a las generaciones más jóvenes, desde la belleza del amor vivido en la familia.

 

P.: Alguna cosa más…

Que estoy al servicio de todos y que me siento discípulo misionero con todos los cristianos de Burgos para acertar en la misión…

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