Ser «encarnación cercana y viva» de la misericordia después del Año Jubilar

El arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, ha presidido esta tarde en la catedral una solemne eucaristía con la que se ha dado por concluido en la diócesis el Año de la Misericordia. En su homilía, el prelado ha invitado a los burgaleses a ser «encarnación cercana y viva» de la misericordia de Dios una vez concluido Jubileo.

 

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La catedral de Burgos se ha quedado pequeña para acoger la solemne eucaristía con la que se ha dado por concluido en la diócesis el Año de la Misericordia. Tras el IX encuentro de pastoral, cientos de personas han acudido esta tarde a la seo para «dar gracias a Dios por el Año Santo recorrido, por el plan pastoral que tenemos delante y por el año litúrgico que estamos acabando y por que el vamos a iniciar», tal como ha recordado el arzobispo en su homilía.

 

Desde que se abriera la Puerta Santa del Perdón de la catedral el pasado mes de diciembre, la Iglesia burgalesa ha querido «concretar» «el amor transformador de Dios» a través de «hermanos nuestros que han sido la encarnación cercana y viva de su misericordia». Y es que, para el pastor de la diócesis, «el tiempo intermedio que vivimos hasta la venida plena del Señor» está marcado por una «esperanza activa» en la que hay que vivir la alegría de caminar unidos como Iglesia diocesana y haciendo presente la misericordia de Dios.

 

En efecto, ha reiterado el arzobispo, los cristianos han de intentar vivir la misericordia «antes y después del Año Jubilar», «compartiéndola entre nosotros» y adelantando así «lo que se nos dará al final del recorrido, el encuentro con la Plenitud, con el Amor, con el encuentro transformador de nuestras vidas». Así, «aunque Cristo no nos informa» de cuándo sucederá esto, «nos ayuda a prepararnos» durante este tiempo siendo «discípulos misioneros».

Acción de gracias

El canto del Magníficat ha sido el punto final de una celebración eucarística que ha comenzado con una sencilla procesión en la que representantes de los quince arciprestazgos han portado unos carteles con las obras de misericordia. Entre ellas, visitar y acompañar a los presos. De ahí que la colecta de la misa haya ido destinada al programa de acompañamiento a presos en su proceso de inserción en diversas casas de acogida. Al concluir la celebración, los asistentes se han llevado como recuerdo una estampa con las obras de misericordia, con la que recordar vivirlas más allá del Año Jubilar que acaba de concluir en la diócesis.

Más: galería fotográfica de la jornada

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