Cáritas Diocesana atendió a más de 7.000 personas en 2016, un año que cerró con déficit
Cáritas atendió a 7.003 personas en 2016 (12.558 beneficiadas) y realizó más de 75.000 intervenciones, la mayor parte de ellas a través del programa de Acogida Parroquial (4.163 personas atendidas y 10.446 personas beneficiadas). A este programa le siguen en atenciones y beneficiarios los de Empleo, con 2.072 participantes, personas sin hogar (1.427), Infancia (789) y Asesoría Jurídica (688). Además, la entidad prestó atención psicológica a 102 personas y atendió a 41 mujeres en la Casa de Acogida «Ain Karem» (77 personas beneficiadas), 139 personas en el Programa de Drogas y 94 familias en el de Vivienda.
El perfil de las personas y familias atendidas no ha variado sustancialmente con respecto a los años anteriores: casi el 55% de ellos son españoles, parejas con hijos (39%), desempleados (64%) y sin ningún ingreso (54,36%).
Estos son algunos de los datos recogidos en la Memoria 2016 [descargar pulsando aquí], que han presentado hoy el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, el director de Cáritas Diocesana, Jorge Simón, el secretario general de la entidad, Juan José Dueñas y la coordinadora de Acción Social, María Gutiérrez.
En cuanto a los recursos invertidos, ascendieron a 4.226,384 €, de los cuales 1.100.990 se destinaron a ayudas directas o en especie y el resto se repartieron entre los diferentes programas. Las partidas más elevadas se dedicaron al programa de Acogida Parroquial (más de 1.148.000) y al de Empleo (907.826 €). El director de Cáritas diocesana, Jorge Simón, reveló que el ejercicio se cerró con un déficit de casi 353.000 €, debido sobre todo a una caída de los donativos y herencias. La principal vía de financiación (el 66%) tiene origen en la sociedad civil y la comunidad cristiana, y adicionalmente administraciones públicas y aportaciones de instituciones privadas, como fundaciones.
La acción de Cáritas diocesana no se ha limitado a nuestro territorio. Desde el programa de Cooperación Internacional no solo respondió a distintas llamadas de emergencia (conflicto de Ucrania, terremoto en Ecuador, crisis de los refugiados) sino que participó en dos proyectos permanentes: Refuerzo Integral de las Cooperativas para familias vulnerables de Butare (Ruanda) y Apoyo a la alimentación básica en la ciudad de Puyo (Ecuador).
La persona, en el centro
Entre los mayores logros conseguidos en el Año de la Misericordia, los responsables destacan la movilización de los equipos parroquiales, el fortalecimiento de las comunidades arciprestales y una mayor implicación y compromiso del voluntariado en la actividad de acogida y atención social en los diferentes territorios. Además, se ha realizado un proceso de reflexión sobre cómo dignificar más las ayudas y cuál es el modelo de intervención más apropiado.
«Queremos expresar que en medio de un clima de indiferencia, en una sociedad del descarte, intentamos ser una Iglesia que mira a la realidad. Tratamos de meternos dentro de esas personas que están sufriendo. Por ahí va la acción de Cáritas, es nuestra forma de vivir la nuestra realidad desde la misericordia y desde la justicia», ha señalado el arzobispo.
El modelo socioeconómico actual, en una realidad poscrisis que dificulta la integración y que pone en el centro al dinero y deja fuera a la persona, perpetúa las situaciones de desigualdad, ha insistido don Fidel. «Tenemos los valores trastocados. Pero seguiremos intentando transformar las causas de la exclusión, aun siendo conscientes de que nuestra acción es muy limitada y siempre subsidiaria de la tarea política».
El secretario general, por su parte, ha hecho hincapié en «la apuesta fuerte y firme» de Cáritas por el empleo como mecanismo válido para la integración. En total se han formado 773 personas y se han conseguido 928 inserciones laborales, 566 de ellas mediante acciones de Cáritas (agencia de colocación, prácticas en empresas…). En este sentido, la responsable de Acción Social ha subrayado que este logro se debe en buena medida a la oferta de acciones formativas de calidad, un esfuerzo de prospección del mercado y profesionalización de los servicios.
La institución intensificó también sus esfuerzos el último año en realizar una labor preventiva con la infancia, ya que, como ha alertado Cáritas Española, en su estudio sobre la transmisión intergeneracional de la pobreza, existe un elevado riesgo de que los niños que han crecido en familias en dificultad hereden esa situación en un futuro al verse limitada la posibilidad de acceder a algunos recursos en igualdad de condiciones.