El Curpillos, una fiesta que conjuga lo sacro y lo profano

Se trata de una fiesta típicamente burgalesa y que se celebra habitualmente el viernes posterior a la solemnidad del Corpus Christi. En torno a la devoción eucarística han surgido otras tradiciones folklóricas.

 

curpillos burgos

Instantánea de la procesión eucarística. Foto: El Norte de Castilla.

 

La fiesta del Curpillos es una de las más populares de la ciudad. Una celebración estrechamente ligada a la eucaristía que no tiene muchos referentes en otras latitudes del mundo. Entre los actos más populares, destaca la romería al parque del parral y los tradicionales bailes de danzantes, tetines, gigantillos y gigantones. En la ciudad, en torno al Monasterio de las Huelgas, comenzó a celebrarse de forma solemne la solemnidad del Corpus Christi el jueves posterior al domingo de la Santísima Trinidad a comienzos del siglo XIV. Con el paso de los años y al aparecer otra procesión en torno a la catedral, la fiesta de las Huelgas pasó a celebrarse ocho días después del Corpus, de ahí su nombre de «Corpus Chico» o «Curpillos».

Tradición eucarística

En 1208, la religiosa Juliana de Cornillon promovió una fiesta eucarística que en breve tiempo se expandió por el norte de Italia. Además, en esos años, en Bolsena, cerca de Orvieto, tuvo lugar un milagro eucarístico: un sacerdote, después de consagrar y partir el pan para la comunión, descubrió cómo la hostia sangraba, haciendo que en la zona se ensalzara de forma considerable la adoración eucarística y se extendiera su devoción hasta dar origen a la fiesta del Corpus Christi.

 

En 1264, el papa Urbano IV promulgó la fiesta y, años más tarde, en 1311, su sucesor Clemente V aprobó las normas para celebrar la procesión eucarística tras la misa, que tendría lugar cada año el jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad. Se compusieron hermosos himnos eucarísticos, como los de santo Tomás o san Buenaventura, algunos de los cuales siguen siendo hoy cantados, como el Pange Lingua.   

 

La fiesta se extendió por toda Europa y llegó también a Burgos. Existen documentos que demuestran que se celebraba ya de forma solemne esta festividad en el año 1331, siendo Las Huelgas su lugar de desarrollo. Entrado el siglo XV, los documentos de la catedral hablan de otra magna celebración en torno a catedral, desarrollándose una procesión más pequeña –«Corpus Chico o Curpillos»– en el real monasterio ocho días después del jueves. Este año, el calendario laboral ha adelantado la fiesta del Curpillos a la del Corpus, que no es lo habitual.

 

La del Curpillos es, por tanto, una fiesta típicamente burgalesa. En torno a ella ha surgido una importante cultura popular que conjuga lo religioso y lo profano. A la misa y procesión se han añadido otros elementos del folklore castellano, como bailes de danzantes y gigantones o la popular «jira» al parral. Además, durante la procesión con el Santísimo, se porta también el pendón de la batalla de las Navas de Tolosa, parte de la tienda del califa Miramamolín que los cristianos trajeron a Burgos como trofeo de aquella victoria de la Reconquista.

Fiesta eucarística

Los actos de la celebración del Curpillos comenzarán mañana viernes poco antes de las 11:00 horas con la recepción de autoridades. El ceremonial religioso se desarrollará acto seguido en la iglesia del monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas con una solemne misa concelebrada y presidida por el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas. Hacia las 12:00 horas se iniciará la procesión con el Santísimo Sacramento que recorrerá bajo palio las calles del barrio burgalés de las Huelgas. Entre los actos protocolarios, la madre abadesa del monasterio cisterciense ofrecerá una recepción a autoridades e invitados.

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