El arzobispo clausura el año santo jubilar de Fátima
Cientos de fieles se dieron cita en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima en la tarde de ayer, 13 de octubre, para participar en la clausura del Año Santo Jubilar de Fátima en el día en que se celebraba un siglo desde la última aparición de la Virgen María a unos pastorcillos en Portugal. Convocados por la delegación diocesana de Religiosidad Popular y Cofradías, los asistentes participaron en una procesión portando la imagen de Fátima con el rezo del Rosario y posterior eucaristía presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas.
En su homilía, el prelado situó la figura de María en la Historia de la Salvación, destacando “los detalles de Dios para con la humanidad”. Él eligió a una mujer sencilla para traer al mundo al Hijo de Dios, haciéndola su madre. Una madre que también quiso que fuera nuestra, y que “en Fátima, a través de los tres pastorcillos –Lucía, Francisco y Jacinta-, nos pidió rezar por la conversión de los pecadores y por la paz en el mundo”.
Antes de la bendición, los fieles rezaron la oración de consagración al Inmaculado Corazón de María, según el texto preparado por el episcopado portugués. En él se pide a María que nos enseñe “en este valle de alegrías y dolores, las verdades eternas que el Padre revela a los pequeños”.
Dando las gracias a todos los participantes, subrayó la presencia de varios sacerdotes que se unieron a la concelebración y de Hermandades y Cofradías diocesanas que también estuvieron participando en esta clausura.
Con el Himno a Nuestra Señora de Fátima, compuesto por un sacerdote de la Congregación de Don Orione, ya fallecido y feligrés de la parroquia de Fátima, se dio por finalizado en la diócesis este Año Santo Jubilar, convocado para toda la Iglesia por el papa Francisco con motivo del centenario de estas apariciones.