Su majestad, el rey Baltasar: «En Burgos los niños se portan fenomenal»
«En Burgos los niños son muy buenos». Lo dice alguien especialmente querido por ellos: el rey Baltasar, que como cada año, pasa con su séquito de pajes por la ciudad para dejarles los regalos que se han ganado merecidamente.
Pero cuando no ejerce como rey, Baltasar, también conocido como Ngassa Njimi Idriss, aunque todos le llaman Njimi, lleva una vida discreta para que los niños no le puedan identificar. Vino de su tierra natal, Camerún, hace cuatro años y desde el principio quiso participar en la cabalgata que recorre las calles de Burgos. «Para mí era una forma de integrarme y adaptarme en la cultura que me acoge. En mi país esta fiesta no existe, y me llamó la atención que aquí tanto los niños como los mayores quisiesen tanto y conociesen tan bien a un rey negro que viene de Oriente». Cuenta que venir a España «fue duro», y al igual que hace más de dos mil años, se dejó guiar por «un Dios que contestó» a sus interrogantes y al que buscaba.
Reconoce que lo que peor lleva es pronunciar su discurso, «hablando en alto», con tanta expectación rodeándole, medios grabándole y tanta gente pendiente de lo que dice. «Los niños preguntan entonces qué tal ha ido el viaje, como he hecho para llegar. Les digo que ha sido largo y duro, pero que ha merecido la pena porque sabemos que en Burgos los niños se portan fenomenal».
Hacer feliz a todos
Baltasar en su día fue paje, y recuerda que se lo pasó «muy bien», «no sólo por los niños, también se ve mucha ilusión en los mayores. Es una experiencia muy grata, que hace feliz a todos». Y es la alegría y lo mucho que le quiere la gente lo que más le gusta de su trabajo, «además de la imagen que tiene».
Esta noche es muy dura para sus majestades de Oriente, y además, el trabajo empieza pronto, con varias visitas previas a la cabalgata. Y es que tristemente, hay personas, sobre todo niños, que no pueden asistir a esta fiesta aunque quieran. Pero los Reyes Magos también han pensado en ellos. Esta tarde, además de saludar y dar todo su cariño a los niños y mayores que les recibirán en las calles, también pasarán por una residencia de ancianos para escucharles y «darles un poco de alegría», tal y como cuenta Baltasar. Después irán al hospital a ver a los niños que están ingresados y no pueden presenciar la cabalgata: «Nosotros vamos allí para que puedan disfrutar». Seguramente sea esta una de las mejores medicinas que estos niños recibirán en estas fechas. Tras el desfile, dirigirán unas palabras a todos los presentes desde el Teatro Principal y después…los niños ya saben lo que toca: A dormir pronto para que Melchor, Gaspar y Baltasar puedan hacer bien su labor y dejarles los regalos con el mismo cariño que mostraron cuando adoraron al Niño Jesús.
María angeles
5 enero, 2020 en 20:55
El niño Jesús ,es un muñeco o es un niño de carne y hueso????
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