María Eloísa Pedraza: «Ya me considero mirandesa»

Ante la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que se celebrará el próximo 14 de enero, María Eloísa cuenta su experiencia como emigrante y el apoyo que recibió para adaptarse.

 

María Eloísa, la segunda por la derecha, en el día de la boda de su hijo.

María Eloísa, la segunda por la derecha, en el día de la boda de su hijo.

 

 

María Eloísa Pedraza vino de Colombia a Miranda de Ebro hace 17 años, pero a estas alturas se considera mirandesa, ya que esta localidad se ha convertido en su hogar desde entonces. Y tanto la quiere que ha rechazado irse a otros lugares cercanos como Vitoria, donde viven dos de sus hijas y le insisten para que vaya con ellas. «Les he dicho que de Miranda no pienso salir, no lo cambio», cuenta riendo.

 

Su historia y la de su marido Edgar en España comenzó cuando a él le ofrecieron trabajo en una empresa de Miranda, y que conocieron a través de un amigo que ya vivía en esta ciudad. Así que sin dudarlo demasiado, decidió viajar para obtener este empleo. Pero las cosas no salieron según lo esperado, y el trabajo no salió. Sin embargo, recurrió a la ayuda y asesoramiento de Cáritas, y al poco tiempo surgió un empleo en Vitoria. Gracias a este impulso, María Eloísa pudo, tres meses después, viajar a Miranda e instalarse con su marido.

 

Para ella no fue un paso sencillo: «Lo más duro de dejar Colombia fue dejar también a nuestros hijos. Tengo cinco, y conmigo se vino Daniela, la pequeña, que por entonces tenía tres años y medio». Ahora es una joven universitaria de veinte años que cursa sus estudios de periodismo en Bilbao. «Allí se quedaron cuatro, la menor de ellos tenía catorce años. Dejar la familia y empezar de nuevo fue doloroso. Volvimos a reunirnos a los dos años de venir a España con las dos que eran menores de edad, ya que a los dos mayores tuve que buscarles empleo para que pudiesen venir», y a base de buscar, lo logró. María Eloísa se siente afortunada por tener en España a toda la familia, y además de sus cinco hijos, es abuela de seis nietos. «Doy gracias porque incluso durante los peores años de crisis, han tenido trabajo, es una suerte con la que no todos han podido contar», comenta.

 

Apoyo de Cáritas y la Iglesia

 

Sobre su adaptación a España, María Eloísa cuenta que no fue una tarea sencilla, empezando por la cuestión de la búsqueda de empleo: «La verdad es que no tenía ninguna profesión, así que me recomendaron ofrecerme para servicios de limpieza en hogares y repartir papelitos con mi contacto. Pero en el colegio en el que estudiaba mi hija, una conocida me ofreció empleo para trabajar para los padres de ella. Fue una familia muy acogedora y nos ayudaron en todo. La verdad es que estando en Miranda siempre he dado con gente muy buena, no puedo quejarme de nadie».

 

Otro reto al que se tuvieron que enfrentar fue regresar a Colombia en 2012 por motivos laborales. «Ya habíamos edificado nuestra vida en Miranda y fue duro este regreso, sobre todo para mi hija pequeña, que se había criado en España y estaba adaptada a sus costumbres; el cambio no le gustó nada». Sin embargo, esta etapa en Colombia llegó a su fin en 2016. «Echábamos de menos Miranda y siempre tuve idea de volver, nunca quise irme». Esta experiencia le ha servido para afirmar con claridad que su futuro está en esta tierra: «Si Dios quiere y nos lo permite, quiero seguir aquí, ya no nos vemos en Colombia. Además, estamos pagando nuestro piso… así que aquí nos quedamos».

 

María Eloísa finaliza contando que si tuviera que aconsejar a un recién llegado para adaptarse mejor al país que le recibe, lo primero que le recomendaría es que acuda a Cáritas y a la iglesia, «porque allí le van a orientar mediante ayuda jurídica o cualquier tipo de apoyo que necesite de forma más inmediata». «Lo que más ayuda a alguien que inmigra es que los que ya realizamos el proceso que venir e integrarnos estemos dispuestos a abrirle las puertas y ofrecerle facilidades para su adaptación. En mi caso, me he sentido muy acogida desde el principio. Cáritas nos abrió las puertas y siempre nos han apoyado y estado con nosotros. Nos ayudaron a tramitar los papeles de los hijos, y en todo. Por todo esto, me considero ya mirandesa». Y como agradecimiento a la acogida y cariño que ha recibido desde que llegó, María Eloísa ha dicidido implicarse en la vida social de Miranda: Es la presidenta de la Asociación Colombia a de Miranda y miembro de la Comisión arciprestal de pastoral de migraciones de la ciudad.

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