Miranda clama un «trato digno» para los emigrantes y refugiados

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El arciprestazgo de Miranda de Ebro se suma a los actos organizados en toda la diócesis con motivo de la Jornada Mundial de las Migraciones, celebrada el pasado domingo. En un primer momento, se organizó un cineforum con la película «Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?»

 

El domingo, coincidiendo con el día en que se celebraba propiamente la Jornada, tuvo lugar un concurrido círculo del silencio en el Parque Antonio Machado. Bajo el lema «Trato digno para todos», en el círculo de silencio se denunció pacíficamente la vulneración de los derechos de las personas inmigrantes.

 

Como cierre de todos los actos, se realizará un «Encuentro de naciones» el próximo sábado, día 20 de enero, a las 17:30 horas en la Fábrica de Tornillos.

Unidos por la música y la alabanza

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En 2016 tuvo lugar en Burgos una novedosa iniciativa llamada «Worship Night», cuya traducción viene a significar «Noche de alabanza». En ella se unieron jóvenes católicos y evangélicos para, mediante la música, prestar alabanza a Dios. Miguel Esteban, uno de los impulsores de esta actividad, explica que «para poner en marcha este proyecto, lo primero que necesitábamos era un lugar y los músicos. La idea es que la música señale a Dios y que sea un instrumento para relacionarse con Él, no con la cabeza y de manera tan racional, sino de forma más emocional y pasional, buscando una relación más directa». Por lo tanto, uno de los objetivos era lograr una buena calidad musical, y los músicos que podían llevar a cabo esta tarea los encontró en la iglesia evangélica de San Juan de los Lagos.

 

Miguel explica que «los evangélicos siempre han tenido la parte musical más desarrollada, ya que el estilo que buscábamos no lo encontrábamos en la Iglesia católica. Y entonces surgió el hecho de que estábamos católicos y evangélicos dispuestos a ofrecer este concierto, y por lo tanto necesitábamos un lugar neutral para empezar». Y este lugar fue el bar Chapiteles. Allí comenzaron los conciertos de alabanza, y fruto de esta buena experiencia, estos jóvenes vuelven a unirse para ofrecer su música como instrumento de adoración en la Semana de Ecumenismo. Volverán a poner en marcha esta iniciativa el viernes 19 de enero en la iglesia evangélica de la calle Loudum a las 20:30 horas.

 

Nohemy García Soria, una joven que pertenece a la Iglesia evangélica y que pone la voz en estos conciertos, explica que los actos en los que participarán estos días no son exactamente los que reciben el nombre de «Worship Night», sino que «la idea es crear pequeños espacio de alabanza y oración en diferentes parroquias, iglesias o entidades. De esta manera, nos reuniremos músicos de diversas denominaciones y compartiremos con todos los que quieran asistir un tiempo de alabanza y oración».

 

Nohemy cuenta que se unieron a esta iniciativa «porque creemos que Dios sigue vivo hoy en día y de la misma manera que otros colectivos pueden expresar sus creencias o su fe, nosotros deberíamos poder hacerlo así también. Nos encanta poder participar con gente de otras denominaciones; en mi caso yo soy evangélica y colaboramos con católicos, lo que supone un enriquecimiento general, y cualquier oportunidad que se nos dé de aprender unos de otros hay que agarrarla. De estos jóvenes católicos hemos aprendido que tienen un amor a Dios muy real, muy ferviente. Personalmente me atrae mucho la devoción con que adoran a Dios y otras formas distintas a las nuestras que emplean para esto, como el silencio y la meditación. No estamos tan acostumbrados a ello, y me parece muy interesante».

 

Aportación mutua

 

Los jóvenes católicos también han aprendido mucho de sus hermanos evangélicos, tal y como expone Irene Pardo, que se encuentra en la organización de esta iniciativa: «Los católicos no nos enteramos cuando alabamos, y eso que en la liturgia la alabanza está presente. En todas las partes importantes de la eucaristía hay oraciones de alabanza o de agradecimiento, como el Padrenuestro, por ejemplo. Como lo recitamos aprendido de memoria no nos damos cuenta de que estamos diciendo algo realmente grande. Por eso, de la relación con los evangélicos, el mayor reto con el que me he encontrado ha sido profundizar más en elementos de mi propia Iglesia que nunca me había parado a reflexionar, y uno de ellos es precisamente la alabanza. La primera vez que vi un concierto de alabanza me pareció raro y espectacular, porque desde siempre había estado acostumbrada a la oración en silencio. Pero vi que se podía orar también así, y que llena mucho interiormente. Me impresionaba que la gente se levantase de las sillas, y alzase los brazos. Cuando te relacionas con una persona, no solo hablas, sino que también saludas, das un abrazo… ¿por qué no podemos relacionarnos así con Dios, en lugar de estar sentados y quietos en una silla?», se pregunta.

 

«También hemos aprendido a tratarnos siempre con respeto, no ir a convertir a nadie ni a vender nuestras ideas, sino a respetarnos y hacernos fuertes desde las cosas que compartimos. No sería constructivo ahondar en aquello que nos separa. Y esto no solo pasa con los evangélicos, si nos conociésemos entre los distintos grupos de la Iglesia católica, podríamos hacer muchísimas cosas. La unión sería increíblemente fuerte».

Reportaje fotográfico de Fran Sáiz Güemes.

«Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados»

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acogida

 

Después de los días de Navidad, en los que hemos celebrado el acontecimiento de la venida de Dios a nuestro mundo y a nuestra historia, celebramos este domingo la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. Hace ya 104 años que la Iglesia nos pide dedicar juntos un día a reflexionar y rezar acerca de esta realidad creciente, un verdadero «signo de los tiempos», que nos habla de la necesidad de abrir el corazón especialmente a los hermanos que han llegado de otros lugares y forman parte de nuestra sociedad y, muchos de ellos, también de nuestra Iglesia. A los cristianos se nos pide hacer posible, en nuestras ciudades y en nuestros pueblos, una convivencia entre todos profundamente humana alimentada y sostenida a la luz de la fe, con la fuerza de la esperanza, de la caridad y de la justicia evangélica.

 

El papa Francisco comienza el mensaje que nos dirige, con ocasión de esta Jornada, con estas palabras: «Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (cf. Mt 25,35.43). A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia. Es una gran responsabilidad que la Iglesia quiere compartir con todos los creyentes y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que están llamados a responder con generosidad, -cada uno según sus posibilidades- a los numerosos desafíos planteados por las migraciones contemporáneas». Después nos invita a vivir nuestro compromiso cristiano y eclesial conjugando cuatro verbos, «acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados». De estas cuatro propuestas quiero subrayar y ofreceros algunas de sus ideas.

 

Acoger significa, ante todo, ampliar las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino. Sería deseable ayudar en la concesión de visados por motivos humanitarios y por reunificación familiar. Que un mayor número de países abran corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables. Y prever, además, visados temporales especiales para las personas que huyen de los conflictos hacia los países vecinos.

 

El segundo verbo, proteger, se conjuga en toda una serie de acciones en defensa de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y refugiados. Si las capacidades y competencias de los emigrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados son reconocidas y valoradas oportunamente, constituirán un verdadero recurso para las comunidades que los acogen. Por tanto, que, en el respeto a su dignidad, les sea concedida la libertad de movimiento en los países de acogida, y la posibilidad de trabajar. Y para quienes deciden regresar a su patria, ofrecerles programas de reinserción laboral y social.

 

Promover quiere decir que a todos los emigrantes y refugiados, así como a las comunidades que los acogen, se les dé la posibilidad de realizarse como personas en todas las dimensiones que componen la humanidad querida por el Creador. Entre éstas la dimensión religiosa, garantizando a todos los extranjeros la libertad de profesar y practicar la propia fe… Y que en la distribución de las necesarias ayudas se tengan en cuenta las necesidades de asistencia médica y social, como también educación, en los países en vías de desarrollo, que reciben importantes flujos de refugiados y emigrantes.

 

El último verbo, integrar, se refiere a la oportunidad del enriquecimiento intercultural generado por la presencia de los emigrantes y refugiados. La integración no es asimilación, que induce a suprimir o a olvidar la propia identidad cultural. El contacto con el otro lleva, más bien, a descubrir su riqueza, a abrirse a él para reconocer sus valores y contribuir así a un conocimiento mayor de cada uno y a una mejor convivencia entre todos.

 

Justo es reconocer los esfuerzos que se están haciendo en las diócesis, parroquias y otras comunidades para asesorar, atender e integrar a los emigrantes y refugiados desde el Evangelio y con la atención a los más vulnerables. También debemos valorar los esfuerzos realizados por la comunidad política y la sociedad civil, que siguen siendo necesarios e imprescindibles. En cuanto a nuestra Iglesia de Burgos, de acuerdo con su tradición pastoral, ha de seguir comprometida en primera persona para que se lleven a cabo todas las iniciativas que se nos proponen y a las que se nos anima desde la Delegación Diocesana de Pastoral de Migraciones y otros organismos eclesiales. No olvidemos las palabras de la Escritura que también el Papa cita en el Mensaje de la Jornada de hoy: «El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como el indígena: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios» (Lv 19,34).

El mensaje por la Jornada Mundial de la Paz centrará una nueva sesión de DSI

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Este lunes 15 de enero tendrá lugar la tercera sesión del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia, organizada por la Comisión de Pastoral Obrera del arciprestazgo de Aranda. Será a las 20:00 horas en los dos grupos habituales. Siguiendo la tradición de años anteriores, en estos encuentros del mes de enero se abordará el mensaje del papa con motivo de la Jornada Mundial de la Paz  que tuvo lugar el pasado 1 de enero. Este año el papa lo ha titulado «Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz».

 

Los ponentes serán los habituales: en el grupo de la Casa de la Iglesia (plaza de los Tercios), Juan Ochoa Santamaría, superior de los padres claretianos; y en el grupo de la parroquia de Santa Catalina, José Luis Lastra Palacios, vicario de pastoral. Ambos grupos están abiertos a los asistentes habituales del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia y a cuantas personas interesadas quieran participar.

2018 01 12 viernes: Resumen de prensa

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Solidaridad

El Regimiento de Transmisiones entrega el dinero recaudado con el belén que organizan cada año en la catedral:

 

Actualidad

Tras sufrir un incendio, la iglesia de Arraya de oca ve finalizadas las tareas de desescombro y continuarán los trabajos de reconstrucción:

  • Radio Arlanzón: Concluyen las tareas de desescombro de la iglesia de Arraya de Oca

 

El albergue municipal ha recibido menos peregrinos que en años anteriores: