Un encuentro para la oración, la formación y el entretenimiento
La delegación de infancia y juventud organizó del viernes 16 al domingo 18 de febrero una convivencia de encuentro destinado a los jóvenes de la diócesis. Participaron en torno a una veintena de chicos y chicas y el lugar en el que se desarrolló esta iniciativa fue el monasterio de las clarisas de Vivar del Cid. Allí los participantes vivieron el encuentro estructurado en distintos momentos: Oración, formación, compartir y fiesta.
El espacio dedicado a la oración se llevó a cabo la noche del viernes en la iglesia del monasterio. Allí, y siguiendo el lema del encuentro «Contigo, sin miedo», una de las hermanas que realizará la profesión solemne en abril contó su testimonio y explicó como había sido todo su proceso de discernimiento y las dificultades que ha ido encontrando. Los presentes siguieron el texto «No temas María», propuesto por el papa Francisco para preparar la Jornada Mundial de la Juventud del año que viene en Panamá.
Al día siguiente se vivió una experiencia «de desierto» fuera del monasterio, haciendo un recorrido en torno al acompañamiento y que constó de dos partes, una de reflexión y otra en la que demás de hablar y comentar estas reflexiones, se propuso un entretenido juego de rol en el que cada participante era un personaje distinto y los demás debía descubrir de quién se trataba. Ya por la tarde, se visionó la película «Dios no está muerto», para dar lugar después a un momento de conversación en torno al filme, durante el cual se compararon las situaciones vistas en la película con lo que era la vida de los jóvenes allí presentes. Al hilo de esto, se elaboró un decálogo. Posteriormente se celebró una eucaristía, que contó con la presencia de los diáconos permanentes que se preparan en la diócesis y que se trasladaron al mismo monasterio para realizar un retiro, compartieron la misa con los jóvenes y la comunidad religiosa. Por la noche los chicos y chicas disfrutaron de un momento de fiesta, y ya el domingo regresaron a sus respectivas parroquias por la mañana.
Beatriz Posada
19 febrero, 2018 en 15:37
Me llena de alegría y orgullo ver a los jóvenes dedicando parte de su tiempo a enriquecerse espiritualmente; en un mundo envuelto en el materialismo y la falta de valores. Eso permite que la luz de la esperanza por un mundo mejor, no se apague.Felicitaciones y siempre adelante , con Dios que es el mejor compañero en el camino de la vida.
Responder