Nuevos diáconos: «Llamados a servir, no a triunfar»
«Habéis sido llamados a servir, no a triunfar». Ha sido la advertencia que el arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, ha hecho a los dos jóvenes que esta mañana han recibido la ordenación como diáconos. Diego Luis Diez e Isaac Hernando González han recibido el primer grado del sacramento del orden sacerdotal convirtiéndose en un «signo de Cristo, que no vino a buscar aplausos, sino a servir y dar su vida por nosotros».
En una abarrotada iglesia de la Inmaculada y ante la presencia de familiares, amigos, numerosos sacerdotes y diáconos de la Iglesia burgalesa y de otras diócesis vecinas, el arzobispo ha impuesto las manos sobre Diego e Isaac, haciendo que concretaran su vocación bautismal en la «entrega y servicio a la Iglesia y a los hombres» como diáconos. «A veces pensamos que las órdenes sagradas son una vocación especial y no nos damos cuenta de que lo verdaderamente especial es que todos hemos sido ungidos por Dios en el bautismo», ha dicho el arzobispo. «Esta es la primera y más importante vocación que hemos recibido, y el diaconado de estos jóvenes es una concreción de su vocación bautismal». «No desearía imponer las manos para ordenar diáconos a nadie que no hubiera asumido todas las consecuencias de su vocación bautismal», ha revelado.
En su homilía, el pastor de la Iglesia burgalesa ha pedido a los nuevos diáconos responder a su vocación, pues han sido «elegidos para servir y amar»: «toda vuestra vida no se puede entender si no es desde el amor». «Ser diácono no es un título especial o una promoción humana», ha advertido. «Quizás en otros tiempos sí pudo ser así. Pero hoy, gracias a Dios, ya no es así». La ordenación «no tienen nada que ver con el poder humano, sino con el servicio y la entrega de amor. No se trata de símbolos de honor, sino de cargos de servicio», ha insistido.
Iglesia «servidora y martirial»
Además, don Fidel ha insistido en que su ordenación está «al servicio de la comunidad». En efecto, ha dicho, la vida cristiana no se puede vivir de modo aislado, pues eso sería un «cristianismo tarado». «Vuestra entrega está al servicio de la comunidad, para continuar en ella la obra salvadora de Dios».
En parecida línea se ha manifestado también el obispo auxiliar de Baangassou, don Jesús Ruiz Molina, quien también ha concelebrado en la ceremonia. Testigo de una guerra «incivil» en República Centroafricana, el prelado burgalés ha pedido a los nuevos diáconos vivir su ministerio en favor de una Iglesia «samaritana, servicial y martirial», como la que él acompaña en su episcopado.
Por su parte, los nuevos diáconos han agradecido el respaldo de sus amigos, familiares, formadores del Seminario y Facultad de Teología, sus parroquias de origen y en las que han realizado su trabajo pastoral. A todos ellos han pedido oraciones, «porque les harán mucho bien».
Mª ANGELES
17 marzo, 2018 en 16:36
Enhorabuena a los dos nuevos diáconos, a sus familias y a la iglesia de Burgos. Que el Señor os ayude y os bendiga.
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