Silencio y respeto ante la muerte de Cristo

La lluvia ha impedido que la procesión del Santo Entierro saliera a la calle. Numerosos burgaleses han presenciado, en el interior de la catedral, el traslado del Cristo yacente hasta su sepulcro.
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El cielo se ha acompasado con la liturgia. El Viernes Santo burgalés ha sido un reflejo de aquel viernes en el que murió Jesús en la cruz, cuando el cielo se tiñó de gris pasada la media tarde. La lluvia ha impedido que la tradicional procesión general del Santo Entierro, en la que desfilan todas las hermandades penitenciales y algunas de gloria de la ciudad, saliera a la calle. La Junta de Semana Santa decidía suspender la procesión entrada la tarde, aunque no uno de los actos que la preceden, el del traslado Cristo Yacente a su sepulcro. Eso sí, lo ha hecho a cubierto.

 

La Catedral se ha quedado pequeña para acoger a los cientos de burgaleses que han querido presenciar el acto, en el que han participado representantes de todas las cofradías de la ciudad y del Ayuntamiento, así como el arzobispo y miembros del Cabildo. A las 20:00 horas, los treinta y tres miembros de la Hermandad del Santo Sepulcro –número restringido en recuerdo a la edad de Jesús– han escoltado la imagen del Santo Cristo Yacente desde el claustro alto a la nave central de la seo, acompañados por la banda de cornetas y tambores de «Nuestra Señora de la Soledad».

 

Una vez en la nave central, la imagen del Cristo, obra del escultor Francisco Font, ha sido colocada en un sepulcro de cristal ante el respetuoso silencio de los presentes, mientras la banda ha hecho toque de oración.

 

Enhorabuena y ánimo

 

Por su parte, don Fidel Herráez Vegas, ha querido felicitar a los cofrades y a todos los que de una u otra manera colaboran en el desarrollo de la Semana Santa en la diócesis burgalesa. «Enhorabuena por cómo celebran todos ustedes la Semana Santa, por la piedad, la unción y la apertura que ponen en todas las celebraciones». Asimismo, también les ha «animado a proseguir» para que, «con la misma intensidad con que hemos celebrado la Pasión del Señor celebremos también su resurrección, que es lo fundamental de nuestra fe». El arzobispo ha exhortado a los presentes para que, si bien hoy no han podido procesionar por la calle, sí lo hagan en su día a día «para hacernos la vida mejor dentro de la paz que el Señor nos regala».

 

El acto de esta tarde ha sido el punto culminante de una jornada de oración y meditación por la muerte de Cristo. Esta mañana, la plaza de Santa María ha acogido el ya tradicional acto del Desenclavo. Por la tarde, el pastor de la diócesis ha presidido en la catedral los santos oficios de la Pasión del Señor.

 

Más: galería fotográfica del acto

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