Los niños de Aranda recuerdan a los santos con la fiesta de «Holywins»
Hace unos años, Aranda de Duero vivió su primera fiesta «Holywins» en la parroquia de San José, y ahora, esta celebración ha vuelto pero a nivel arciprestal, siendo la parroquia de Santa María la elegida para esta ocasión. Unos 20 niños participaron en la noche del 31 de octubre junto con sus familias en una fiesta que celebra la santidad y se homenajea a los diversos santos con los que cuenta la Iglesia.
La fiesta de «Holywins» comenzó a las 18:30 horas, y los niños llegaron vestidos de santos que ellos mismos habían elegido. Esta peculiar fiesta de oración contó con numerosas actividades, como un desfile de santos con todos los niños participantes, que debido a la lluvia, se realizó en el interior del templo. En esta procesión se portó un estandarte un estandarte elaborado para la ocasión representando a Cristo resucitado. Posteriormente, los niños explicaron a los presentes la vida del santo del que habían tomado inspiración para el disfraz, y a continuación hubo una catequesis amena sobre la vocación a la santidad. Tras la merienda, se ha dio paso al tiempo de juegos. Todos los participantes asistieron después a una misa, que contó con una adoración eucarística con evangelización. Aquí los niños tuvieron un papel relevante, ya que la oración que se celebró estuvo destinad a ellos y fueron bendecidos. Durante esta oración, los niños se acercaron al altar, rezaron ante el Santísimo y realizaron una oración conjunta, además de llevar un ramo de flores a la Virgen María.
Pasadas las 21:00 horas, llegó el turno de los mayores: La mayoría de los niños volvieron a su casa, mientras que en la parroquia se quedaron los adultos para adorar y evangelizar. Realizaron una salida por las calles y se invitó a la gente a pasar a la iglesia para participar en esa oración, con el resultado de que muchos jóvenes y familias aceptaron la invitación. Sor Carmen Melero, quien participó en la fiesta y ha formado parte de la organización, destaca un balance muy positivo, y espera que este sea «el comienzo de algo que se pueda asentar», además de señalar la buena respuesta de los jóvenes que se acercaron a la iglesia, y el respeto que mostraron muchos de lo que fueron invitados a entrar.