El arzobispo felicita a las Calatravas por sus 800 años de presencia en la diócesis
Las Madres Calatravas prosiguen los actos del VIII Centenario de su presencia en la diócesis. El pasado viernes, las religiosas celebraron la fiesta de su patrón, san Raimundo de Fitero, con una eucaristía presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas. Estuvieron acompañadas por un nutrido grupo de sacerdotes, representantes de otras familias religiosas y una amplia comunidad de vecinos y amigos.
El pastor de la Iglesia en Burgos agradeció su testimonio cotidiano de servicio y oración. Por su parte, la madre Abadesa compartió un emotivo testimonio del carisma calatravo. Utilizando la imagen del papa Francisco en su exhortación para la vida consagrada, dijo que ellas son las personas anónimas que portan la camilla del paralítico que presentan a Jesús en la escena del evangelio. Tras un rico aperitivo para los asistentes, la comunidad religiosa departió la comida de fraternidad con el arzobispo, quien agradeció oficialmente la donación a la diócesis de los terrenos del antiguo convento de Villarcayo. Igualmente, animó a proseguir en fidelidad a quienes las han precedido en estos ochocientos años de historia, abiertas al futuro confiado de Dios.