La Catedral, en Bruselas: «Un escaparate que mostrar al mundo»
Son apenas cuatro días de exposición, pero la Fundación VIII Centenario de la Catedral prevé que la muestra «Burgos, tierra de orígenes», que se exhibe desde hoy en el Parlamento Europeo, sirva como acicate para atraer hasta la provincia a numerosos turistas y visitantes. El primer templo de la diócesis y las demás realidades que se aúnan en el proyecto del Octavo Centenario se convierten de este modo en un «escaparate que mostrar al mundo», tal como ha señalado en la presentación de la muestra el arzobispo, don Fidel Herráez, quien ha pronunciado un discurso ante el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani.
El presidente de la Fundación VIII Centenario ha estado acompañado por el vicepresidente de la misma, Antonio Miguel Méndez Pozo, los presidentes del Congreso y el Senado, Ana Pastor y Pío García Escudero, y los presidentes de las comunidades autónomas de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, así como algunos eurodiputados españoles, el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, y la consejera de Cultura de la Junta, Josefa García Cirac.
La muestra, compuesta de varios paneles informativos y con fotografías en gran formato, hace un recorrido visual por la propia Catedral y los demás elementos de la provincia vinculados al proyecto, como Atapuerca, el Geoparque de las Loras, la Lengua Castellana, el Cid, el Consulado del Mar y el Camino de Santiago. También se hace referencia a las Edades del Hombre y la exposición de cerámica de Talavera «Atempora».
Transversalidad
En su discurso, el pastor de la Iglesia en Burgos ha señalado subrayado el carácter «transversal» que la Fundación VIII Centenario ha logrado con respecto a toda la sociedad burgalesa, que se ha involucrado en el proyecto desde los más variados estamentos. Es, por tanto, una iniciativa de «un enorme potencial por la gran acogida social» que está adquiriendo. «Se trata -ha reiterado- de un acontecimiento que desborda el límite de lo religioso al tratarse de un edificio que, siendo fundamentalmente fruto de la fe de un pueblo, se ha convertido en el icono más brillante y significativo de una ciudad y de un pueblo por su significación cultural, artística y social». Una realidad de la que la muestra expuesta en Bruselas da cuenta.