Una Semana Santa con mucha cantera
Lejos de languidecer, la Semana Santa burgalesa tiene mucho futuro por delante. Hermandades y cofradías de la ciudad se afanan cada día por transmitir a los más pequeños el entusiasmo por las tradiciones de la Semana de Pasión y hoy ha quedado más que demostrado en la procesión infantil del Amor y la Esperanza. Congregados por la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores, numerosos niños de varias cofradías y agrupaciones católicas de la ciudad se han dado cita esta mañana para participar en la que es «su procesión».
Con mucha profesionalidad, como si de adultos se tratara, niños y niñas han portado a hombros la imagen de la Virgen del Socorro, una talla del siglo XVI, al ritmo que marcaban los tambores de una banda infantil y la atenta mirada de sus padres y abuelos, que han abarrotado las calles aledañas a la parroquia de San Gil, desde donde ha partido el desfile. Tras una breve liturgia de la palabra presidida por el delegado diocesano de Infancia y Juventud, Óscar Moriana, los niños han portado la imagen de la Virgen por las calles de San Gil, Avellanos, Laín Calvo y Arco del Pilar para volver a su lugar de salida pasando de nuevo por las calles de San Gil y de San Francisco.
Fue el año pasado cuando la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores decidiera organizar esta procesión, si bien la lluvia hiciera acto de presencia impidiendo el desarrollo de la misma. Desde hace años, esta cofradía trabaja por crear cantera entre sus filas, entre los que hay muchos matrimonios jóvenes con hijos. De ahí que decidieran hace casi una década crear una banda infantil –la única de esas características en la ciudad– con el objetivo de incentivar el relevo generacional en la Semana Santa burgalesa. Ahora, con el desarrollo de esta procesión de niños y para niños, seguro que el futuro está garantizado.