Los incendios calcinaron los documentos custodiados en el archivo diocesano.
Toda Europa, y gran parte del mundo, contemplaba ayer atónita cómo la catedral de Notre Dame de París era pasto de las llamas. Una catástrofe que no ha dejado indiferente a nadie y a la que la Catedral de Burgos podría hacer frente al no contar con elementos de madera en su cubierta y poseer novedosos sistemas anti incendio en las zonas con más alto riesgo de ignición.
Sin embargo, no siempre ha sido así y la Catedral basílica metropolitana de Burgos también ha sufrido varios incendios a lo largo de su historia. Concretamente dos, en 1591 y 1812, si bien no afectaron a la estructura actual del edificio, sino al antiguo Palacio Arzobispal contiguo al templo y que fue demolido a comienzos del siglo XX por el arzobispo José Cadena y Eleta para construir un nuevo inmueble en lo que hoy se conoce como «Casa de la Iglesia».
En la antigua residencia de los pastores de la diócesis se hallaba custodiado el conjunto de documentos relativos al obispo, que se separaron de la documentación propia de la Catedral y su cabildo en 1220 por iniciativa de don Mauricio, el obispo impulsor, precisamente, de la actual Catedral gótica. En 1591, un incendio consumió toda la documentación medieval custodiada, entre los que se encontraban varios papeles de secretaría.
Recuperado de aquel fuego, el archivo diocesano siguió ampliándose con nueva documentación hasta que, en 1812, otro incendio calcinó muchos de los escritos custodiados hasta entonces, como expedientes de órdenes sagradas, listados de sacerdotes fallecidos y libros de contabilidad, fundaciones o expedientes matrimoniales, entre otros. Fue el 22 de noviembre y los causantes de aquel incendio fueron los soldados del ejército francés durante la invasión napoleónica a la ciudad de Burgos. Durante aquella contienda, los explosivos utilizados para la voladura del castillo acabaron, también, con gran parte de las vidrieras originales del templo, de las que solo se salvó el rosetón de la puerta del Sarmental.
La devastación que sufrió anoche Notre Dame de París sería imposible en la Catedral de Burgos. Así lo han asegurado esta mañana tanto el deán, Pablo González Cámara, como el vicepresidente del Cabildo y delegado diocesano de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, y el canónigo fabriquero, Víctor Ochotorena, y el aparejador de la diócesis, Miguel Ángel Ortega. Y la razón que han esgrimido es que la cubierta del templo burgalés, a diferencia de la catedral parisina, apenas cuenta con elementos de madera, solo algunas vigas testigo de la que hubo en su momento. Todas las cubiertas fueron cambiadas entre 1965 y 1980, fundamentalmente por Marcos Rico entre otros arquitectos, ha explicado Álvarez Quevedo. ¿Puede ocurrir en Burgos? Ha sucedido alguna catástrofe natural, terremotos, inundaciones, vendavales… Pero un fuego con el que ha acabado con la cubierta de Notre Dame, no podría. El aparejador de la diócesis ha añadido que una de las posibles amenazas, la descarga de un rayo, también sería muy improbable, porque los pararrayos están funcionando correctamente.
En el caso del templo burgalés, el peligro mayor está en los bienes muebles: retablos, sillerías, archivo y almacén, pero hace ya varios años el Cabildo adoptó todas las medidas de protección contra incendios que puedan evitar una tragedia. Así, además de contar con extintores en todo el recinto, se eliminaron de los retablos todas las conexiones eléctricas, que ahora cuentan con iluminación externa, tanto la sala capitular como el archivo y la sala de estudio están dotadas con el más avanzado sistema de detección y extinción de incendios mediante gas Inergén, que impide la combustión al rebajar la concentración de oxígeno en el habitáculo. Además, dichas estancias disponen de puertas que se cerrarían automáticamente en presencia de humo. También el coro cuenta con un sistema de detección propio controlado por centralita.
Consternación y solidaridad
En su comparecencia ante los medios de comunicación, el deán, Pablo González Cámara, ha expresado el sentimiento de comprensión y solidaridad con el Cabildo de Notre Dame y con el pueblo francés. Su primera reacción, ha revelado, fue «de lloro y luego de solidaridad, plantearnos qué podemos hacer nosotros para ayudar». González Cámara, que ha dicho sentirse consternado y preocupado, ha reconocido que ese sentimiento le ha hecho pensar en nuestra seo, conocida como «la hermana pequeña de Notre Dame», y ha mostrado su disposición a colaborar en todo lo que sea posible para que la catedral parisina se rehabilite.
Un año más, las laderas del parque del Castillo sirvieron anoche de escenario del popular Via Crucis en el que participaron miembros de las dieciséis agrupaciones penitenciales de la ciudad. Catorce de sus cofrades fueron los encargados de realizar las meditaciones de las estaciones del recorrido, compuestas en esta ocasión por el abad de la Junta de la Semana Santa, Saturnino López Santidrián. Como ocurre desde hace algunos años, miembros de la parroquia de San Josemaría Escrivá portaron la cruz rústica con sudario.
Fue la primera vez que en el itinerario, que partió a las 20:30 horas de la iglesia de San Esteban, se siguieron las estaciones bíblicas propuestas en su día por el papa san Juan Pablo II. De ahí que no se escuchara hablar de la Verónica o las tres habituales caídas de Jesús camino del Calvario. La elección por este Via Crucis se debe, en gran parte, por el anhelo de López Santidrián de dar más peso a los pasajes del evangelio, sobre todo al de Lucas.
Las meditaciones propuestas no quisieron olvidarse de los sufrimientos del mundo. Se escucharon peticiones en favor las mujeres y el apoyo a la vida; contra los delitos cometidos en las guerras, especialmente la de Siria, y los desplazamientos forzados que obligan a huir a miles de personas que perecen en el Mediterráneo; por las barreras que crean los hombres construyendo «muros de la vergüenza».
Otros actos para hoy
Los actos con motivo de la Semana Santa continúan en la tarde de hoy. A las 20:15 horas, el barrio de Vega será escenario, como viene siendo habitual en la noche del Martes Santo, del popular rosario penitencial obrero. Partirá del Círculo Católico de la calle Concepción para recorrer la calles Progreso, santa Clara, Las Casillas, Andrés Martínez Zatorre, Santa Clara, Miranda, plaza de Vega y calle San Cosme y San Damián, finalizando delante de la sede del Círculo. En el desfile procesionarán las imágenes de Jesús atado a la Columna y del Santo Sudario. El Rosario está organizado por la Cofradía de la Santa Columna y Círculo Católico de Obreros y contará con la asistencia de miembros de las cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad.
Más tarde, a las 22:15 horas, la cofradía de las Siete Palabras y del Santísimo Cristo de Burgos procesionará la réplica del Santo Cristo y los siete faroles de Casa Quintana, construidos en 1902. La procesión recorrerá la plaza de Santa María, calle Santa Águeda, Barrantes, plaza Castilla, paseo de la Audiencia, arco de Santa María y plaza del Rey para volver a su punto de partida.
Ante el incendio sufrido ayer en la Catedral de Notre Dame de París, el vicepresidente del Cabildo y delegado diocesano de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, atenderá a los medios de comunicación para responder a sus dudas en relación a la tragedia y cómo la catedral de Burgos está preparada ante cualquier imprevisto similar. El aparejador de la diócesis, Miguel Ángel Ortega, también responderá a las preguntas. Tras atender a los medios, visitaremos algunos de los puntos de seguridad de la catedral, como alarmas y otros puestos de emergencia.
La convocatoria tendrá lugar a las 12:00 del mediodía en la sacristía de la capilla de Santa Tecla.