Misionero burgalés en Tailandia: «El Papa busca que las minorías se sientan parte importante de la Iglesia»

El misionero burgalés José María Rodríguez, explica qué supondrá para la minoría cristiana de un país mayoritariamente budista la visita apostólica de Francisco.

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El papa Francisco partió ayer en viaje apostólico rumbo a Asia, donde recorrerá 9.352 km para celebrar junto a los católicos de Tailandia el 350 aniversario del establecimiento del vicariato apostólico de Siam, erigido en 1669, días antes de desplazarse hasta Japón. Precisamente, en la localidad tailandesa de Udon Thani trabaja el misionero burgalés José María Rodríguez Redondo.

 

Sacerdote diocesano y misionero en el país desde 1995, trabaja en esta diócesis del noreste del país, a orillas del río Mekong, donde viven unos 16.000 católicos dispersos entre más de cinco millones de habitantes, la inmensa mayoría budistas. Ante la visita del Santo Padre, y en una entrevista concedida al portal Religión Digital, Chema –como le conocen sus amigos– narra qué supondrá la presencia de Francisco en un país en que cristianos y budistas han de trabajar «a favor de los que sufren la injusticia» de la trata de personas o la pena de muerte, entre otros muchos problemas.

 

Para Chema, la visita del Papa «a la periferia» supondrá que las minorías cristianas del país «sientan que son parte importante de la Iglesia». A la par, sueña con que sea una «vivencia alegre y sin complejos de los discípulos de Jesús» que les «lance a abrirnos a nuevas orillas» pues, asegura, «la dimensión testimonial misionera surge espontáneamente».

 

Para el burgalés, la visita papal también será un revulsivo para la Iglesia Universal, pues espera que «su mirada a Oriente la enriquezca con los muchos dones que el Espíritu ha regalado en las antiguas culturas, religiones y tradiciones de Asia», entre las que destaca «el amor a la contemplación, la sencillez, la armonía, el desapego, la no violencia, el espíritu de duro trabajo, de disciplina y vida frugal…». Valores que, según sus palabras, «no son ajenos al evangelio, pero tal vez necesitan el agua del testimonio que Asia ofrece para crecer».

 

Diálogo interreligioso

 

Según el misionero, Tailandia acoge «no al súper organizador de una Iglesia en misión de rescate, sino a un líder y guía espiritual universal, hermano de todos los que trabajan por la paz, por la dignidad de las personas». En este sentido, ve cómo la visita del Santo Padre puede propiciar nuevos encuentros de diálogo entre católicos y budistas, que, de otro lado, comparten vida y alegría en muchos momentos del día a día:  «Somos los cristianos de este contexto en el que vivimos, los que debemos comprometer nuestra vida a favor de los que sufren la injusticia. Para ello, budistas y cristianos debemos superar la tendencia a la secularización y reavivar nuestros valores más genuinos; porque el dolor del hermano nos urge igualmente».

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