Imagen del mes de abril: Crucifixión del Señor de un códice del siglo XI
En los manuscritos y libros ilustrados de la Edad Media, las miniaturas (cuyo nombre procede del latín «miniare», colorear con minia), o iluminaciones (del latín tardío illuminare-alumbrar), eran pinturas o dibujos de figuras que a veces se incluían en temas de carácter sacro. En el mes en que celebramos la Semana Santa, la imagen escogida es la de una Crucifixión en pergamino que se halla en la Catedral de Burgos en el códice de la Regla de la Cofradía de Santa María de la Creazón, de finales del siglo XV.
Esta cofradía fue fundada en el año 1260 por los criados de coro, de donde le viene el título de «Criazón» o «Creazón». Estos criados de coro eran clérigos que tenían como misión ayudar a los canónigos en el culto de la Catedral. Al principio, los cofrades no podían superar el número de treinta y todos pertenecían al servicio de la Iglesia Mayor de Santa María. Con el paso del tiempo, la cofradía se abrió a los clérigos de las parroquias de la ciudad, pasando su sede de la Catedral a la parroquia de Santiago de la Fuente. Sin embargo, siempre quedaron excluidos los capellanes de las Huelgas y del Hospital del Rey, así como los cofrades de Santa María la Real y de Santa Marina, establecidos en la parroquia de San Llorente. También se admitieron como miembros asociados a otros sacerdotes, incluso seglares, para que pudieran participar de los bienes espirituales de la hermandad. Los reyes, el obispo y el Cabildo de Burgos en pleno se contaban entre ellos.
El fin de esta fundación, según la regla cuyo original se conserva en el archivo municipal de Burgos, fue eminentemente cultual y de ofrecer sufragios por los difuntos, aunque no le faltaba su matiz benéfico-asistencial. Los cofrades se obligaban a celebrar cuatro misas al año en honor de Santa María, aplicadas por los reyes, el Papa, cardenales, arzobispos, obispo de Burgos, cabildo y cofrades vivos y otra misa de réquiem el tercer día de cada mes por los hermanos fallecidos. Se practicaba la misericordia con el cofrade menesteroso, utilizando fondos de la cofradía; también se atendía espiritualmente al cofrade en agonía y al ingresado en el hospital y asistían a su entierro.
El Códice de la Catedral, que se presenta en esta imagen, contiene la regla reformada de 1494, por haber quedado la primitiva anticuada. Esta reforma fue aprobada por el obispo Luis de Acuña el mismo año de su redacción y está adornada con ricas y variadas miniaturas.
Detalles de la obra
En esta de la crucifixión aparece al fondo una vista panorámica de la ciudad de Jerusalén, rodeada de una orla con figuras humanas, animales y hojas; en las cuatro esquinas, los símbolos de los evangelistas y en el centro de la parte inferior dos ángeles sostienen el escudo de esta hermandad. A la derecha del Crucificado de tres clavos están María y María Magdalena con ropajes sobre tonos azulados. El color azul se conseguía por medio del lapislázuli, material siempre de elevado coste.
A la izquierda se halla el discípulo amado con un manto de color rojo, que resalta notablemente la importancia de su figura y con un libro debajo del brazo derecho. Un detalle a destacar de gran originalidad es la calavera, también en la parte izquierda, que ha perdido su dentadura de la parte inferior. Podría tratarse de Adán que, por la muerte de Jesús, ha quedado liberado de su pecado, simbolizado en la dentadura que le permitió pecar contra Dios, comiendo el fruto del árbol prohibido.