«Cristo sufre en los enfermos de coronavirus»
Este año, la ausencia de los redobles de los tambores ha hecho más elocuente, si cabe, el silencio del Viernes Santo. Un silencio que, a pesar de ser dramático, «en contemplación y oración» se descubre cargado de esperanza, «la de del alba del Domingo del amor de Dios, del triunfo de su amor, de la luz que permite ver de modo nuevo la vida, las dificultades, el sufrimiento».
La homilía pronunciada por el arzobispo, don Fidel Herráez, en la celebración de la Pasión del Señor –desarrollada esta tarde a puerta cerrada en la Catedral– ha sido una invitación a «contemplar al Crucificado» con una «mirada profunda» para descubrir en él «el signo luminoso del amor, de la inmensidad del amor de Dios, lo que jamás hubiéramos podido imaginar, pedir o esperar». Para el pastor de la diócesis, la cruz «parece señalar la derrota definitiva de aquel que había traído la luz y hablado de la fuerza del perdón y la misericordia». Sin embargo, en ella se descubre un Dios que «se ha inclinado sobre nosotros hasta llegar al rincón más oscuro de nuestra vida para tendernos la mano, alzarnos y llevarnos hasta él».
En este contexto, el arzobispo ha indicado que los brazos de Jesús, clavados en la cruz, «se abren a cada ser humano y nos invitan a acercarnos a él con la seguridad de que nos va a acoger con un abrazo de infinita ternura». «Jesús sabe que su muerte se convierte en fuente de vida», ha asegurado.
Cristo sufre en los enfermos de coronavirus
Un mensaje de esperanza que se hace extensivo, y de modo particular, a los crucificados de hoy en día, pues «el rostro del crucificado se refleja en cada persona que sufre o enferma». «Cristo sigue sufriendo en los enfermos de coronavirus, en las personas solas, abandonadas, despreciadas», ha insistido.
En efecto, los que sufren de primera mano las consecuencias de la pandemia han estado muy presentes en la sobria celebración, en la que han acompañado al arzobispo tres sacerdotes del cabildo y dos técnicos que han hecho posible la retransmisión de la Pasión del Señor desde la Catedral a través del canal de YouTube de la diócesis. Don Fidel ha querido trasladar un saludo especial a «los enfermos, familiares, seres queridos, personal sanitario, entidades y responsables civiles que colaboran para que la sociedad continúe su marcha». También ha querido rezar de forma especial por las «602 personas, hijos de Dios y hermanos nuestros fallecidos en la última jornada» a causa de la pandemia por Covid-19.
Por último, el arzobispo ha animado a la adoración y contemplación ante la cruz y pedir en la oración: «Ilumina, Señor, nuestro corazón para que podamos seguirte por el camino de la cruz. Haz morir en nosotros el hombre viejo atado al egoísmo, al mal, al pecado y haznos hombres y mujeres nuevos, santos, transformados y animados por tu amor».