Un Rosario que vuela al cielo
Un gran Rosario de globos surcó ayer el cielo de la ciudad de Burgos, un gesto que quiso simbolizar un homenaje a la Virgen María en el primer domingo del mes de mayo y como una acción de gracias ante el comienzo del plan de «desescalada» previsto por el Gobierno. La idea surgió del vicario parroquial de San Martín de Porres de la capital, que desde el inicio del confinamiento por el «estado de alarma» acompaña a los vecinos de su barrio, cada tarde, en el aplauso colectivo de las ocho.
«Ví que lo habían hecho en un pueblo de Italia y pensé que podría ser un bonito acto como colofón de la cuarentena y como acción de gracias a la Virgen María», detalla Diego Mingo, sacerdote de la parroquia. Fue un «acto sencillo pero emotivo», en el que, en unos diez minutos, rindieron homenaje a las madres que habían apostado por la vida y a la Virgen María con la oración que el papa Francisco ha propuesto rezar a todos los cristianos del mundo durante este mes de mayo.
Después de este, «ya no habrá más eventos extraordinarios», relata el sacerdote, quien ha impartido otros domingos bendiciones con el Santísimo Sacramento desde la azotea de la iglesia y ha animado al barrio a golpe de «Resistiré» cada día durante toda la cuarentena. Junto a Mingo colaboraron en el acto algunos jóvenes de la parroquia, que ayudaron en la confección del gran Rosario llenando los globos con helio «mientras lo rezábamos juntos».
Mientras tanto, en la parroquia se preparan ya para entrar, desde el próximo lunes, en la «fase 1» del plan de «desescalada», que permitirá reabrir los templos de la diócesis a un tercio de su capacidad de aforo para volver a celebrar culto público.