«Anticuerpos de solidaridad» en un círculo de silencio diferente

La delegación de Pastoral de Migraciones invita hoy a realizar un círculo de silencio «en casa o en la calle en los horarios permitidos» en el que reflexionar sobre el drama de las familias migrantes.

circulo de silencio en casa

 

Tras dos meses de la última convocatoria, la delegación diocesana de Pastoral de Migraciones invita hoy a los burgaleses a sumarse a su práctica de «círculos de silencio». El gesto de denuncia pacífica ante la vulneración de los derechos de las personas migrantes se deberá llevar a cabo de forma diferente dado el actual «estado de alarma» en el que se encuentra sumido el país.

 

En concreto, los organizadores de la propuesta invitan a realizar varios «minicículos, aunque sea de una o dos personas» y a lo largo de cualquier momento del día de hoy. «Se puede hacer en casa, en la calle, en los lugares y horarios que permiten las actuales normas», indican a través de una convocatoria difundida por correo electrónico. Sugieren «hacerlo en familia», ya que la reflexión en esta ocasión gira precisamente en torno a las familias migrantes; de hecho, ha sido la delegación de Familia y Vida de la diócesis la encargada de elaborar el manifiesto de esta ocasión.

 

Como complemento a la actividad, en la que se invita a guardar un momento de silencio y leer el manifiesto, se sugiere imprimir un cartel que contiene la fotografía de una familia migrante, con el que sacarse una foto que se podrá enviar a [email protected] o al WhatsApp 695 332 170 para difundirla a través de las redes sociales de la delegación de Pastoral de Migraciones con los hashtag #UnaSolaFamilia, #AnticuerposDeSolidaridad y #CírculosDeSilencio.

 

Empatía hacia las personas migrantes

 

Según el manifiesto elaborado, la situación vivida en los países occidentales a causa del coronavirus es similar a la que atraviesan miles de migrantes en todo el mundo: dificultades económicas, incertidumbre ante el futuro, la separación de familiares y amigos o la imposibilidad de despedirlos en caso de fallecimiento son algunos de los dramas a los que se ven abocadas las personas que emigran a otros lugares. Algo que puede suponer una «oportunidad para comprender un poquito mejor lo que sufren nuestros hermanos inmigrantes, y generar lazos de solidaridad que nos hagan luchar juntos por acabar con un sistema injusto y opresor» que ponga el foco en el valor de las familias, pues «nadie se salva solo». «¡Frente al virus de la injusticia, de la discriminación, generemos los anticuerpos de la solidaridad, de la justicia, de la caridad!», concluye el manifiesto.

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