Los sacerdotes de la «generación Covid»
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Son diáconos desde noviembre de 2019; la pandemia obligó a posponer su ordenación el pasado mes de junio, pero hoy, por fin, Romeo Prisca M’Bo, Eugenio Castejón, Álvaro Zamora y Fernando Puigdomenech son ya sacerdotes. Dada sus grandes dimensiones, la iglesia del Carmen de Burgos ha acogido esta mañana una peculiar celebración que, sin perder solemnidad, ha tenido que convivir con especiales medidas sanitarias. A pesar de las mascarillas, el hidrogel y la distancia social estos cuatro jóvenes han sido «ungidos y empapados por el Espíritu del Señor» y han sido constituidos para siempre «sacerdotes de Jesucristo».
«Desde hoy participáis vitalmente en todo vuestro ser en el sacramento del orden», les ha recordado el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, quien ha presidio la celebración. «No seréis sacerdotes para un ratito, sino para siempre, hasta que el Señor os llame a su presencia definitiva». Y será en el transcurso de su vida como presbíteros donde deberán «ser mediadores y servidores de miles de personas» evitando buscar cualquier tipo de «prestigio o poder humano»: «El Señor os llama a perderos, no deberéis buscaros egoístamente ni anunciaros a vosotros mismos; sois sacerdotes para servir, desde la Iglesia, a todos, especialmente a quienes más lo necesiten en cualquiera de las dimensiones de su ser», ha insistido el prelado.
Hacía años que la diócesis no incorporaba a su presbiterio, en la misma celebración, a cuatro sacerdotes, cuya entrega generosa supone una «lluvia copiosa» para la Iglesia en Burgos. «Ojalá sea un presagio de nuevas y abundantes vocaciones», ha deseado el arzobispo, quien ha invitado a los matrimonios jóvenes y a los sacerdotes presentes a la celebración a ser responsables en la promoción de nuevas vocaciones.
«Solo sacerdotes, siempre sacerdotes, en todo sacerdotes»
Ha sido Álvaro Zamora el encargado de pronunciar unas palabras de agradecimiento al finalizar la celebración. «Somos la generación del Covid y esto es un sello que debe marcarnos», ha dicho. Por ello, han pedido ayuda a sus familiares, amigos y sacerdotes para ser «un rayo de luz y de esperanza en medio de este mar de tempestad en el que estamos actualmente sumergidos» y en el que deberán «mantenerse a flote para poder ayudar a los más necesitados material y espiritualmente y andar con fidelidad en el camino del sacerdocio». Y ha recordado a sus compañeros de ordenación: «Solo sacerdotes, siempre sacerdotes, en todo sacerdotes».