40 años «sembrando» buenas noticias

La revista diocesana «Sembrar» cumple cuatro décadas. En este reportaje repasamos la historia, finalidad y objetivos de esta popular publicación eclesial.

revista Sembrar

 

Nació en 1980 como un deseo a tres voces, la del arzobispo don Segundo García de Sierra, la del vicario general, Vicente Proaño, y la del entonces joven sacerdote Juan José Pérez Solana, primer responsable de la delegación de Medios de Comunicación. La finalidad de la «Hoja Diocesana», que es como se la conocía entonces, no era otra que la de intermediar en la formación e información de los fieles a través de una publicación sencilla y semanal. «Para llevar a cabo tal propósito se contó con un pequeño equipo de colaboradores más o menos fijos, como Alejandro Millán, Javier Rodríguez, José Antonio Abad y la colaboración de fotografías de iglesias burgalesas de Emiliano Nebreda. Otros más se fueron sumando a medida de las necesidades en forma de colaboración. Se contó también con la ayuda de profesores de la Facultad de Teología y la colaboración de párrocos de todos los ámbitos geográficos de la diócesis, sobre todo cuando se trataba de rescatar leyendas y tradiciones cristianas», recuerda Juan José Pérez Solana.

 

El formato seguía siempre una pauta: noticias locales, diocesanas y eclesiales, sobre todo lo referente al magisterio pontificio. Había secciones fijas de la liturgia dominical y anotaciones sobre el tiempo litúrgico de cada momento y también secciones destinadas a la cultura, primordialmente literaria, referida a los grandes misterios. En alguna época de los ocho años que Pérez Solana dirigió la revista se añadieron páginas de entretenimiento, además de los apartados dirigidos a rescatar tradiciones y oraciones populares.

 

Hubo variedad de propuestas para el nombre de la publicación. De entre todas, se optó por la que desde entonces lleva su nombre, «Sembrar». «Creímos que esa era la misión de todo creyente y la de los los pastores que atienden a su pueblo», explica su fundador.

 

Pérez Solana dejó la dirección de la publicación en 1988 en manos de Raúl Berzosa, hoy obispo emérito de Ciudad Rodrigo, quien se haría cargo de la publicación hasta 1993. Con motivo de la publicación del nº 1.000 de la revista, Berzosa destacaba que Sembrar no es «una isla», sino un instrumento de información y comunión. «Información porque nuestras comunidades son fuente inagotable de noticias, comunión porque en una sociedad de tipo aconfesional, secularizada, pluralista y democrática, la Iglesia debe buscar sus propios cauces de comunicación intereclesial, nutriendo nuestra fe, rompiendo silencios sospechosos, saliendo al paso de deformaciones injustificadas y manteniendo un sincero y abierto diálogo entre fe y cultura».

 

A Berzosa le sucedería en 1994 Isaac Ayala al frente de la delegación de Medios. El sacerdote asegura hoy que «hablar de «Sembrar» a estas alturas en que la revista cumple los cuarenta, a uno le sugiere pensar en la edad media. Los años 90 es la época en que se rompe con todo lo anterior, y se rompe en el mejor sentido de la palabra».

 

«De entrada, en esos años 90, hay en la diócesis de Burgos un delegado de Medios y una periodista, Elena Bilbao, como directora de la creada Oficina de Información. Eso es lo oficial. Enseguida se unirán otras personas; la primera, Miguel Ángel Delgado. Después lo harán Javier Cortés, Ainhoa Villamor, Sara Saiz… Esto facilita que el campo de trabajo se amplíe. De cuatro páginas, «Sembrar» pasará a ocho. Pero también en teoría. Bastantes números tendrán hasta doce páginas. El diseño será profesional». «Claro que también había, o iban surgiendo, motivos para ello: Sínodo Diocesano, Catedral y su restauración, martirio de cuatro hermanos maristas, tres de ellos burgaleses, en el centro de África… Y se iba descubriendo también que el día a día de la diócesis era noticiable. Hasta la programación pastoral se hacía noticia», recuerda.

 

Tras Ayala, tomó el mando Julián Gumiel, que ya desde sus tiempos de seminarista, allá por 1994, mantenía contacto con el equipo y realizaba alguna colaboración puntual. «Mi presencia al frente de «Sembrar» llegó años más tarde, allá por 1999. Casi por casualidad. Recibí un día una llamada para pedirme que realizara el próximo número. Esa petición puntual se fue prolongando, y unos meses después el arzobispo, don Santiago Martínez Acebes, me encomendaba la dirección de la revista. Y fue corriendo el tiempo, y al final fueron más de trece años…».

 

Por el camino fueron pasando la celebración de los 20, los 25 y los 30 años de la revista. Y los cambios al frente de la diócesis, con el relevo de don Santiago por don Francisco. «Era una época en la que estábamos enredados en la puesta en práctica del Sínodo recién finalizado y el inicio de un auténtico cambio de época, con la implantación de internet y las tecnologías digitales que transformaron la realidad en muy pocos años. Esto, evidentemente, afectaba, y mucho, a todas las tareas de producción de la revista, con cambios muy importantes, como se producían también en los periódicos y en otras publicaciones», relata Gumiel.

 

«Esos más de 13 años me convirtieron en el director de «Sembrar» con más duración en el cargo hasta la fecha. ¡Un tercio de la vida de la revista, nada menos! Fue una etapa apasionante, pero llena de trabajo y de la tensión y el estrés que conllevan la realización de una publicación periódica, muchas veces casi en solitario. La colaboración de José Mari Sanz, sobre todo al frente de la administración de la revista, y la presencia incombustible de Miguel Ángel Delgado como compañero y amigo hacían más llevadera la tarea. Tratamos de ser testigos y notarios de cuanto acontecía en nuestra diócesis, de dar voz a los distintos elementos que la conformaban, de ser un medio plural y abierto a todos, de ser medio de información hacia afuera y de comunión hacia dentro de nuestra Iglesia. Espero que lo consiguiéramos al menos un poco», concluye.

 

Desde 2012, al frente de la publicación está el sacerdote Álvaro Tajadura, quien ha tomado la dirección de la revista en una época en la que la comunicación institucional del Arzobispado también se difunde a través de las redes sociales y otros canales de comunicación digitales. Pese a todo, y contrariamente a lo que empiezan a hacer otras diócesis, sigue apostando por dar continuidad a la revista en papel, pues «llega a un público que aún no se maneja con las tecnologías de la información». Asegura que «Sembrar» tiene como vocación favorecer la «comunión entre todos los diocesanos» y lamenta que después de 40 años de existencia aún haya parroquias que no reciban la revista.

 

Si desea suscribirse a la revista y recibirla en su casa o en su parroquia, escriba un correo electrónico a [email protected].

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