De Cuba a España para vivir la «nueva Navidad»

Belkys María Gradaille vino a nuestro país apenas hace un mes. Relata cómo ésta será la primera Navidad que pueda disfrutar, donde se admira de las luces, los belenes y los árboles navideños.
belkys cuba

Belkys contempla un belén, algo inusual en su Cuba natal.

 

Belkys María Gradaille Caballero no soportaba más la situación. La dictadura por la que atraviesa su Cuba natal hacía imposible que pudiera llevar una vida medianamente estable. «Allí nunca estaba tranquila, me sentía vigilada en todo momento, me seguían y espiaban. Cualquiera puede denunciarte si te manifiestas contraria al régimen», lamenta. «Es una dictadura muy dura, no puedes protestar, tienes siempre que callar; ni siquiera puedes decir que tienes hambre».

 

Quizás una de esas manifestaciones le pusieron a ella y a su esposo, Julio Alejandro Álvarez, en el punto de mira. Una mañana, sin previo aviso, les arrebataron el taller de carpintería que regentaban y a él lo apresaron durante tres días. También les usurparon el dinero que tenían ahorrado en dos cuentas bancarias. «Gracias a Dios, el pequeño apartamento no nos lo quitaron», recuerda con resignación.

 

La compleja situación forzó hace tres años a Julio a emigrar a Estados Unidos y de ahí viajara España. Tras pasar unos cuatro meses en Galicia llegó a Burgos hace un año, donde ha conseguido la nacionalidad española tras demostrar que sus bisabuelos llegaron a suelo cubano procedentes de nuestro país. Siguiendo sus pasos, «con muchísimas trabas y dificultades», Belkys obtuvo un visado de seis meses para venir a España y en el primer vuelo factible tras la pandemia de coronavirus se reunió de nuevo con Julio. Ambos se alojan ahora en el albergue de Cáritas, donde él se forma para obtener un trabajo como guarda de seguridad y ella espera regularizar su situación, cosa que ve factible por ser esposa de un ciudadano español.

 

Para Belkys, por tanto, estas serán sus primeras navidades fuera de Cuba. Aunque, de hecho, podrían calificarse como «las primeras Navidades» de su vida: «Allá no se celebra la Navidad, solo el Año Nuevo. No nos dejan poner el arbolito ni el nacimiento y todos te tachan de contrarrevolucionaria por creer en Dios e ir a la iglesia». Ahora, en España, se asombra del modo en que los occidentales celebran la Navidad, «como si todo el mundo esperara de nuevo el nacimiento del Niño Dios». «Todo es novedoso, los árboles de Navidad, las calles llenas de luces… todo es un espíritu de fiesta, es muy lindo», relata. «Estoy realmente feliz, ahora soy realmente libre, puedo sentirme cómoda con Dios, libre para ir a la iglesia y poder rezar. Me siento libre, es difícil de explicar»…

 

Tanto ella como su esposo se manifiestan «infinitamente agradecidos» con Cáritas y las Hijas de la Caridad de la Casa de Acogida San Vicente de Paúl por la ayuda que están recibiendo, «por su apoyo incondicional, por el apoyo material y espiritual». Cada noche, Belkys se acuesta «dando muchas gracias a Dios por todo lo que me regala», sabedora de que «ahora, por fin, soy privilegiada». Un privilegio del que nosotros gozábamos sin darnos cuenta. Por fortuna, aún vienen desde lejos para recordárnoslo.

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