Cáritas y Pastoral Penitenciaria tienden la mano a reclusos, exreclusos y sus familias
Cáritas Diocesana de Burgos y Pastoral penitenciaria han llevado a cabo distintos talleres dentro del Centro Penitenciario en el último año. Veinte voluntarios acompañan a los presos y los preparan para la vuelta a la sociedad. «Nos acercamos a las personas y lo hacemos desde el evangelio. La cárcel es un mundo desconocido y apartado y al salir de ella tienen la condición de ser libres» ha señalado Fermín González, responsable de Pastoral penitenciaria y capellán del Centro.
El año 2020 ha sido duro para la sociedad y los presos han permanecido durante cinco meses sin poder recibir visitas del exterior. El responsable del proyecto Volver a empezar de Cáritas Diocesana, David Alonso, ha contado cómo acompañaron durante ese tiempo a los reclusos. «Nos escribíamos por carta, y los presos que fueron puestos en libertad y no tenían dónde ir permanecieron en las instalaciones del Seminario. Treinta personas abandonaron la cárcel durante el año pasado».
326 personas privadas de libertad participaron en los talleres. La gran mayoría fueron hombres, el 75% de ellos españoles. Realizaron un importante taller de mascarillas para internos y funcionarios, y otro de ética para trabajar el valor del respeto. Estas delegaciones se ocupan del acompañamiento desde lo personal, lo social y lo jurídico. En el ámbito religioso, realizan encuentros de escucha y atención y celebran eucaristías en la capilla del Centro Penitenciario. El piso de acogida al que algunos acuden cuando abandonan la cárcel, es el mayor acercamiento a la nueva situación que les toca afrontar. El gran reto al que se enfrentan los exreclusos es la integración de nuevo en la sociedad.
Cuando finalice el proceso de vacunación a los internos esperan poder retomar ciertas actividades, como el recorrido por el Camino de Santiago durante una semana. Una salida que realizan con una decena de presos junto con voluntarios de la Caixa. Cáritas Diocesana de Burgos y Pastoral Penitenciaria ya están trabajando en nuevos proyectos para este año. «Hemos elaborado material formativo para acompañar de manera especial a familiares de reclusos. Una acogida que en muchas ocasiones desde las parroquias es necesaria por la visión estigmatizada que tiene la sociedad de la prisión» ha relatado el responsable de estos proyectos de Cáritas. Otra de las novedades será la creación de ‘Voces encerradas’, un programa radiofónico de Radio-UBU en el que los presos contarán sus experiencias desde el interior del Centro Penitenciario. Estará conducido por María González, Sara Castro y un grupo de personas implicadas en el proyecto que se podrá escuchar en Spotify y cuya emisión será mensual.
Cáritas Diocesana y Pastoral Penitenciaria han realizado distintas demandas a la sociedad para tender la mano a este colectivo. Apuestan, siempre y cuando sea posible, por medidas alternativas a prisión como la realización de servicios en beneficio de la comunidad. Han expuesto las dificultades a las que se enfrentan los extranjeros indocumentados para poder trabajar cuando se encuentran en el tercer grado. Demandan más medios y personal para trabajar la salud mental con los internos y los propios reclusos solicitan mayor tiempo de socialización, de espacios de convivencia, por ejemplo al finalizar las comidas. Otra de las peticiones ha sido la búsqueda de alternativas a la prisión para aquellas condenas de menos de cinco años.