Un Rosario de la Aurora para implorar el fin de la pandemia

La Catedral se ha sumado al «maratón de oraciones» convocado por el papa Francisco para implorar el fin de la crisis sanitaria y ha acogido esta mañana un «Rosario de la Aurora» sin procesión.
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Al igual que está ocurriendo en numerosos santuarios marianos de todo el mundo, que se han sumado a la llamada del papa Francisco de realizar un «maratón de oraciones» para implorar el fin de la pandemia, una vela encendida a los pies de la Virgen de Fátima arderá durante todo el día de hoy en la Catedral para suplicar de María salud para los enfermos y fuerza para sus familiares, cuidadores y personal sanitario. El cirio ha sido encendido esta mañana en el tradicional Rosario de la Aurora que se ha celebrado en el interior del templo gótico cumpliendo con todas las medidas sanitarias exigidas por la crisis sanitaria y como otro de los numerosos actos con motivo del Año Jubilar.

 

Tal como ha indicado el arzobispo, «las fiestas marianas arrasan, siempre hay muchedumbres en torno a la Virgen». De hecho, aunque por segundo año consecutivo no haya habido procesión por las calles del centro de la ciudad (en 2020 se celebró de forma virtual), numerosos fieles se han sumado a la convocatoria hasta copar el aforo total permitido en la basílica. Allí han rezado los misterios del santo Rosario y han participado en la celebración de la eucaristía. «Solo la Virgen María puede allanarnos el camino a Cristo, porque solo ella está capacitada para acoger el don de Cristo. Por eso el pueblo cristiano siempre se reúne en torno a María, para recibir de sus manos a Cristo», ha insistido el arzobispo.

 

En el día en que se cumplía el 40 aniversario del atentado al papa san Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano, don Mario Iceta ha subrayado que la Virgen María, en todas sus apariciones, siempre escoge a los humildes para lanzar al mundo una llamada a la conversión: «El Señor se esconde ante los soberbios pero se derrite ante los humildes; por eso el mundo no comprende a Cristo. María siempre se manifiesta a personas humildes e iletradas, porque la humildad es el camino hacia Dios». Junto a ello, ha subrayado que, en sus manifestaciones, María invita a la «conversión, a volver nuestra mirada distraída hacia la luz de Jesús», pues ella es «Estrella de la mañana».

 

Don Mario también ha querido resaltar la figura de santo Domingo de Guzmán, burgalés y difusor de la devoción del Rosario y del que se cumplen 800 años de su fallecimiento. «A él nos encomendamos, para que nuestra tristeza se convierta en alegría, para que acaben las consecuencias de la pandemia, que está haciendo estragos en la salud, en la economía y en la vida de tantas personas que sufren soledad y angustia», ha concluido.

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