«Nada hay tan comprometido y exigente como celebrar la eucaristía»
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La solemnidad del Corpus Christi ha reunido hoy en la Catedral a los arzobispos que han pastoreado la archidiócesis de Burgos en los últimos 17 años. Ha sido don Francisco Gil Hellín quien, a petición del actual arzobispo, don Mario Iceta, ha presidido la eucaristía, a pocos días de haber celebrado su 25 aniversario de ordenación episcopal el pasado 1 de junio. «Doy gracias a Dios, que me ha dado la oportunidad de celebrar las bodas de plata como obispo en esta Catedral, en la que tantas veces he celebrado la eucaristía», ha revelado el arzobispo emérito; «a don Mario, por su invitación, y a todos vosotros por vuestro trato afectuoso y por vuestra oración durante los años que tuve la suerte de serviros como obispo». En la eucaristía también han participado don Fidel Herraéz, el obispo emérito de Jaén, el burgalés Ramón del Hoyo; miembros del Cabildo, voluntarios y trabajadores de Cáritas diocesana y numerosos fieles, que han acudido al templo cumpliendo con los requisitos sanitarios.
Por segundo año consecutivo, y a causa de la pandemia, la procesión con el Santísimo Sacramento por las calles ha sido sustituida por una más sencilla por el interior de la Catedral, con bendición a la ciudad y a los burgaleses desde la puerta de Santa María.
En su homilía, quien fuera pastor de la Iglesia en Burgos desde 2002 a 2015 ha subrayado que «nada hay comparable» con el «misterio de la eucaristía», ni tampoco «nada tan comprometido y exigente», ya que participar en la misa es «hacerse eucaristía, convertirse en pan entregado y sangre derramada en entrega real de la propia vida, en nuestras casas, trabajos, actuaciones como miembros de la Iglesia y ciudadanos de la sociedad civil». «Al participar en la eucaristía recibimos la misión de ser el alma de nuestra ciudad, el fermento de renovación, una fuerza para anunciar que Jesucristo no es una figura del pasado sino una figura viva que nos quiere y acompaña en nuestras penas y alegrías», ha insistido.
Caridad ardiente y concreta
En el domingo en que también se celebra el Día de Cáritas, don Francisco ha subrayado que «donde hay verdadera eucaristía brota un torrente impetuoso de caridad hacia los necesitados». «De la eucaristía reciben su fuerza y su eficacia nuestra Cáritas diocesana y nuestras Cáritas parroquiales, nuestra cooperación con otros organismos y personas que realizan labores asistenciales, nuestras aportaciones en dinero y en tiempo, la atención a los enfermos y necesitados, la acogida a los migrantes, la ayuda para paliar los efectos de la pandemia. En una palabra, todo lo que lleva a ver en los demás el rostro de Cristo al que hay que alimentar, visitar y acoger». Por ello, ha urgido a los presentes a tener «una caridad ardiente y concreta» que produzca «frutos de servicio y entrega» en favor de los demás.
Como preparación a la solemnidad del Corpus Christi, la Catedral ha acogido desde la tarde del viernes a la del sábado «24 horas para el Señor», un día completo en el que el templo ha permanecido abierto de forma ininterrumpida para facilitar la adoración eucarística y la confesión sacramental de los fieles. Numerosas parroquias, arciprestazgos y movimientos apostólicos han desarrollado diferentes momentos de alabanza a lo largo del fin de semana.