Un campamento edificante
Llega el verano, y con él, los ansiados campamentos. Numerosas parroquias de la archidiócesis están inmersas durante estos días en actividades de convivencia al aire libre. Distintos destinos, pero un mismo objetivo, fomentar el respeto, el compañerismo y la cooperación entre los participantes.
Este año, las restricciones están marcando el ir y venir de los encuentros. Los test de antígenos antes de comenzar, las mascarillas, el gel hidroalcohólico y la distancia de seguridad son los nuevos acompañantes en los campamentos de verano. Pero estas limitaciones no están siendo un impedimento para su realización.
Uno de los campamentos más conocidos en la archidiócesis de Burgos es el que organiza cada verano el Seminario Menor Diocesano de la ciudad junto con el de La Rioja. Este año, debido a las circunstancias, se ha optado por realizarlo en las instalaciones del Seminario, en el paseo del Empecinado. Desde el lunes 19 de julio y hasta el sábado 24, veinticinco monaguillos acompañados por sus monitores han participado en este campamento.
Juegos, veladas, talleres, catequesis impartidas por el obispo Mauricio, el rey Fernando o el Maestro Enrique. Diversas actividades, muchas de ellas realizadas al aire libre y con el VIII Centenario de la Catedral como eje vertebrador. Han aprendido el sentido del Pórtico de Santa María, sumergidos en este Año Jubilar; la simbología de las gárgolas; el mecanismo del tan valioso y apreciado Papamoscas o el reflejo de testimonio y de verdadero amor por Jesucristo de Santa María la Mayor. Han ido intercalando las actividades del campamento con los actos populares programados para festejar el cumpleaños de la Catedral.
Entre las salidas al exterior, visitaron la cantera de Hontoria, el Monasterio de San Pedro Cardeña, el pinar de Pradoluengo o la playa de Brazomar, en Castrourdiales. La oración y la adoración han estado presentes en todo momento, con la Eucaristía diaria, presidida en una ocasión por el obispo don Mario Iceta. Circunstancias importantes para poder escuchar al Señor y asimilar todo aquello que los jóvenes habían ido experimentando.
Unos campamentos cargados de ilusión, de fe y amistad. Una semana que ha servido para favorecer el desarrollo personal y social de los niños participantes. Las actividades vocacionales con monaguillos volverán en septiembre con los preseminarios mensuales en Burgos y en La Rioja.