El año de la pandemia en la archidiócesis: menos sacramentos y más acción social

Ante el Día de la Iglesia Diocesana, la archidiócesis de Burgos publica su memoria de actividades y economía. El último ejercicio cerró con un déficit de 46.645,24 euros.
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La pandemia ha modificado nuestras vidas de manera considerable. También la vida de la Iglesia. Si en 2019 los bautizos celebrados en Burgos sumaron 1.294, en 2020 apenas alcanzaron los 642, muchos de ellos aplazados a tiempos mejores ante la imposibilidad de reunir a las familias y amigos y celebrar el sacramento como en otros tiempos. Parecida suerte han corrido las bodas: en 2020 se han celebrado 94 matrimonios frente a los 318 del año precedente (un 70.45% menos). Primeras comuniones (1.449) y confirmaciones (665) se han mantenido, aunque en menor número, en parámetros habituales a los de otros años y que muestran un descenso progresivo en la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana. En los últimos momentos de la vida, la Iglesia diocesana se ha hecho presente en el acompañamiento y atención a las familias de los difuntos y se administraron 2.855 unciones de enfermos.

 

La crisis sanitaria ha hecho que las celebraciones y las reuniones familiares se hayan aplazado. Sin embargo, también ha dejado un reguero de dificultades al que la Iglesia ha querido dar respuesta, adaptando sus modos de acompañamiento. En 2020, se atendieron, en medio centenar de centros diseminados por toda la provincia, un 17,94% más de personas que el año precedente, con un total de 86.921 intervenciones llevadas a cabo, solamente, por Cáritas diocesana. 3.147 personas fueron atendidas en centros para la promoción del trabajo; 6.628 fueron acompañadas en centros para mitigar la pobreza; 867 en centros de menores y jóvenes y 315 en centros para la defensa de la vida y la familia. Además, 5.198 personas migrantes recibieron asistencia por parte de la Iglesia y 735 mujeres fueron acompañadas en centros de promoción y de atención a víctimas de violencia. Asimismo, 712 personas fueron atendidas en casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad.

 

Son algunos de los datos que se han dado a conocer con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebrará el próximo 7 de noviembre con el lema «Somos lo que tú nos ayudas a ser». Se trata de una jornada en que la archidiócesis de Burgos hace balance de la actividad realizada durante el último año y se rinden cuentas sobre los recursos económicos que ha gestionado. En definitiva, de mostrar qué es la Iglesia, qué hace y cómo lo hace. Así lo ha manifestado el propio arzobispo, quien ha subrayado cómo la archidiócesis se afana cada día «por ser más transparente y convertirse en una casa de cristal». Don Mario Iceta ha revelado que el portal de transparencia de la archidiócesis se desea ampliar y modificar para comunicar más y mejor la acción de la Iglesia en Burgos y que se cuenta con un compliance officer para vigilar la buena marcha de la labor realizada.

 

Agentes evangelizadores

 

María Gutiérrez, responsable de acción social de Cáritas, ha presentado los datos referente a la actividad de la Iglesia, y ha agradecido a todos los agentes evangelizadores que desarrollan su ingente labor: «Las personas vulnerables y los pobres son la prioridad de la Iglesia», ha subrayado. En la actualidad, la archidiócesis cuenta con 1.023 religiosas y religiosos, 979 catequistas, dos diáconos permanentes y 451 monjes y monjas de clausura que viven en 29 monasterios y otros 1.023 religiosos de vida activa que ejercen trabajos pastorales, asistenciales y educativos. Además, 569 misioneros y 9 familias anuncian el evangelio en tierras de misión, mientras que 362 sacerdotes en activo trabajan en las 1.004 parroquias diseminadas por toda la provincia y con los que colaboran de forma directa 979 catequistas y un número incontable de agentes de pastoral. La oficina de estadística de la diócesis también contabiliza 24 seminaristas.

 

La educación es una de las actividades donde la Iglesia en Burgos más recursos y personal destina. 17.285 alumnos se formaron en centros dirigidos por eclesiásticos o religiosos en jardín de infancia, enseñanza media y primaria. A estos habría que añadir los 687 alumnos de la Facultad de Teología. En total, suman 1.049 empleados, entre personal docente (1.012) y de servicio (37). 

 

La archidiócesis cuenta, además, con un ingente patrimonio artístico, en el que sobresalen 86 bienes inmuebles de interés cultural y que suponen un importante reclamo turístico que genera impacto económico y social en toda la provincia. 

 

Las cuentas claras

 

El Día de la Iglesia Diocesana sirve también para dar a conocer los datos económicos del último ejercicio, un modo de mostrar a la sociedad cómo se administra el dinero que ha confiado a la Iglesia. «Es una cuestión de justicia», ha indicado Vicente Rebollo. «Queremos dar a conocer a la gente cómo hemos administrado el dinero de toda esa gente que confía en nosotros». Según el vicario para los asuntos económicos, en 2020, el presupuesto se redujo en casi 2 millones de euros respecto al año anterior, superando en esta ocasión los 34.722.197 euros de gastos. Entre las partidas más cuantiosas se encuentran, por este orden, la retribución al personal seglar (trabajadores en gran parte de los colegios de titularidad diocesana, de los Seminarios, el colegio mayor San Jerónimo y del propio Arzobispado), la conservación de edificios y gastos de funcionamiento y la sustentación económica del clero. 

 

Las acciones pastorales y asistenciales coparon más del 11% del presupuesto total, con casi 4 millones de euros invertidos. Los últimos gastos hacen referencia a mejoras a los centros de formación y otros gastos extraordinarios no presupuestados en origen, como rehabilitaciones urgentes en algunos edificios y su adecuación para realizar algún tipo concreto de actividad. «Hemos gastado un 15% menos que el año pasado en mantener edificios, porque nuestra prioridad han sido y serán siempre las personas», subraya Rebollo.

 

Las fuentes de financiación de la archidiócesis proceden, principalmente, de subvenciones públicas y conciertos, especialmente los educativos, aunque también de la prestación de servicios por capellanías en tanatorios, hospitales y residencias y convenios de asistencia religiosa con distintas instituciones, entradas a museos, desarrollo de cursos formativos, tasas, hospederías o residencias. Además, aunque ha caído un 7% respecto al año anterior, la aportación directa de los fieles es la segunda fuente de ingresos, con más de 5 millones 800 mil euros, seguida de los fondos procedentes de la Asignación Tributaria a través del fondo común interdiocesano de la Conferencia Episcopal Española. Los ingresos generados por el patrimonio apenas suman 1.265.288 euros, pues las entradas a la Catedral, museos e iglesias han quedado drásticamente reducidas. 

 

Con todo, la cuenta de resultados de la archidiócesis burgalesa arroja un déficit de 46.645,24 euros, que se suma al que viene arrastrando de ejercicios anteriores, desde el año 2013.

 

Más: descargar aquí la memoria completa

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