Concluyen las reuniones de la Asamblea con el deseo de que «la sinodalidad se haga costumbre»

Las reflexiones realizadas a lo largo de más de dos años de trabajo se han reflejado en un documento final, presentado al arzobispo para su estudio y aprobación.
<
>
Más: galería fotográfica de la jornada

 

El Seminario de San José ha acogido hoy la última de las reuniones de la Asamblea Diocesana, el proceso de consulta y diálogo en el que 183 personas, en representación de todo el Pueblo de Dios, ha diseñado las líneas de actuación de la Iglesia en Burgos en el futuro, recogiendo el trabajo realizado durante más de dos años, superando las dificultades de la pandemia, por más de 300 grupos de reflexión con más de 3.400 personas involucradas. A lo largo de cinco sesiones de trabajo y 21 mesas temáticas, en un clima de confianza y oración, se ha reflexionado sobre cuestiones que atañen a la vivencia personal de la fe, a las estructuras y modos de organización eclesial y a la presencia de la Iglesia en la sociedad.

 

Entre los numerosos temas que se han abordado en la Asamblea figuran algunos de calado, como la presencia femenina en la Iglesia, la atención pastoral al medio rural, la acción social de la Iglesia o una mejora en su ejercicio de comunicación y transparencia, sin olvidar la necesidad de reformar estructuras que superen clericalismos e involucren a todos los cristianos en la misión eclesial.

 

En la jornada de hoy se han votado las últimas enmiendas, así como el documento final del proceso –se ha requerido en todo momento la votación favorable de dos tercios de los participantes–, que aprobará el arzobispo después de un estudio profundo y se irá haciendo efectivo con la intervención de los distintos organismos diocesanos –especialmente el Consejo Pastoral– y personas implicadas. Además, los religiosos contemplativos de la archidiócesis se han hecho presentes en la reunión a través de un vídeo en el que han expresado su deseo de que el Espíritu Santo haga fructificar las propuestas dialogadas.

 

Igualmente, se han presentado las aportaciones que la archidiócesis de Burgos enviará al Sínodo Universal a través de la Conferencia Episcopal y se ha aprobado un mensaje final que se leerá mañana en las eucaristías que se celebren en la provincia. Con él, los participantes en la Asamblea han querido dejar constancia de que «cada vez más cristianos quieren y desean involucrarse y sentir que la misión de la Iglesia es tarea de todos, y no solo de algunos». «Hemos mirado hacia el futuro, reafirmando nuestro compromiso evangelizador y nuestra responsabilidad para servir a nuestra sociedad y a nuestro mundo», se lee en el mensaje, a la par que señalan que este «acontecimiento especial y extraordinario» debe seguir actuándose en la Iglesia burgalesa, hasta lograr que «la sinodalidad se haga costumbre» y que «lo discernido entre todos, entre todos sea llevado a la vida cotidiana», especialmente entre los más pobres y necesitados.

 

«Comienza la aventura»

 

La jornada ha concluido con la celebración de una eucaristía en la Catedral, que ha servido como acción de gracias por los trabajos realizados y como conclusión a la fase diocesana del Sínodo, que ha coincidido en el tiempo en Burgos con el desarrollo final de la Asamblea.

 

En su homilía, don Mario Iceta ha subrayado que «el Señor nos ha bendecido a manos llenas» durante todo el proceso. Sin embargo, ha advertido, «la verdadera aventura comienza ahora. El Señor nos llama a nosotros, humildes canteros, para edificar con el Espíritu al Pueblo Santo de Dios». Un trabajo que «requiere fe, fortaleza, esperanza y confianza», pues, ha dicho, «la travesía no será fácil», ya que junto a los momentos de luz y gozo llegarán otros de «oscuridad y tentación». Por eso, ha insistido en la necesaria «conversión personal y comunitaria» que permita «que Dios haga nuevas todas las cosas» y de los cristianos «personas cántaro que sacien la sed de nuestro mundo».

 

Comentarios

Los comentarios están cerrados para esta noticia.