¡Viva Cristo Rey!
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Al grito de «¡Viva Cristo rey!» la imagen de Jesús en la borriquilla ha recorrido esta mañana el centro de la ciudad arrancando los aplausos de miles de burgaleses que han salido en masa a las calles para celebrar el primer Domingo de Ramos después de dos años de pandemia. El arzobispo, don Mario Iceta, ha calificado la estampa como «desconcertante», pues «nunca imaginamos la figura de un rey» desprovisto de «trompetas y solemnidades». «La de hoy es una figura paradójica, la de un rey que no viene con espadas, yelmo o escudos, sino bendiciendo sobre un pollino, porque él es un rey de paz, de servicio y de humildad» que ha venido «poner fin al sufrimiento del mundo» a través de su pasión, muerte y resurrección.
A su paso, la imagen de Jesús en la borriquilla no ha dejado indiferente a nadie y las diversas respuestas del público han dado pie al arzobispo para explicar los modos de acoger a ese rey humilde. «Algunos no son capaces de mirar, quizás vengan de una noche ajetreada, con los ojos perdidos, anestesiando dolores y sufrimientos; están encerrados en sus propios problemas y angustias y no cabe la esperanza para que reine el rey de amor». Otros, ha descrito, «se hacen selfies a su paso; son los que viven en un mundo virtual, en los aparatos, donde no se disfruta el presente ni el amor de los que me rodean ni del amor de Dios». Por último, hay otros que «lo acogen con gozo y esperanza». «Jesús te dice que quiere entrar en tu casa para curar tus heridas, para abrir los sepulcros de tu corazón para que reine la vida. Ábrele la puerta», ha invitado. «Es lo que hemos hecho nosotros hoy, le hemos abierto las puertas de la Catedral, las luces estaban encendidas y las campanas sonando porque queríamos acoger al Rey de reyes».
En efecto, la celebración de la eucaristía ha sido el punto central de una liturgia que comenzaba en la iglesia de San Lorenzo con la bendición de ramos y que ha llevado la imagen de los talleres de Arte Sacro de Olot (1948) hasta la Seo portada a hombros por los costaleros de la Coronación de Espinas y Cristo Rey. Y es que, como también ha invitado el arzobispo, «el Maestro te necesita para llevarlo a tantas personas y sufrimientos, a los lugares de oscuridad, para llevar esperanza y luz. ¡Qué acción tan bella», ha concluido.
Tras la misa, la procesión ha continuado con su recorrido por la plaza del Rey San Fernando, el paseo del Espolón, calle Carnicerías, travesía del Mercado, Plaza Mayor, Almirante Bonifaz, San Carlos y San Lorenzo, concluyendo el desfile en su iglesia. El acto ha contado, además, con la participación de los miembros de todas las Hermandades y Cofradías de la ciudad.