Alumnas del colegio Nuestra Señora de Valdemoro y miembros de las Comunidades de Vida Cristiana peregrinan a la Catedral

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Alumnas del colegio Nuestra Señora de Valdemoro (Madrid) y miembros de las Comunidades de Vida Cristiana (CVX) participaron recientemente en sendas eucaristías en la Catedral. Tras realizar el itinerario jubilar, los miembros de las CVX se unieron al Cabildo Metropolitano en la eucaristía del peregrino, a la que se están sumando cada vez más los que van caminando hasta Santiago de Compostela.

 

Camino de Loyola, el colegio de Valdemoro quiso detenerse en Burgos a orar ante la imagen del Santo Cristo de Burgos y celebrar la eucaristía para recibir la gracia especial del Año Jubilar, que tendrá su finalización el próximo 5 de junio con la Pascua de Pentecostés.

«Los procesos de catequesis son la piedra angular de la construcción de discípulos verdaderos»

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Santi

 

«Mi proceso de servicio a la comunidad lo he vivido como un paso adelante en mi crecimiento como cristiano. Empecé trayendo a mis hijas a la catequesis y asistiendo esporádicamente a la misa de los domingos y poco a poco fui participando en las distintas actividades y compromisos de la parroquia: convivencias, actividades lúdicas, actos conmemorativos y reivindicativos, excursiones… Poco a poco iba conociendo a más gente y me sentía más a gusto perteneciendo a esta comunidad». Así relata su proceso Santiago, feligrés de la parroquia de San Juan de Ortega de Burgos, a la que ha representado en la Asamblea Diocesana desde su primera fase.

 

«El año pasado Blanca, mi esposa, me invitó a participar en las reuniones de la primera fase de la Asamblea. Una vez terminada esta, Javi (García Cadiñanos) interpeló a toda la comunidad a participar en una reunión en la cual informó de que dos personas podían acudir en representación de la parroquia. Me sentí impulsado a dar ese paso y me ofrecí a la comunidad como representante de la misma, junto a Silvia, a Javi y a las personas que nos suplirían en caso de no poder asistir, Tere y Juan Carlos. Durante estas dos jornadas que llevamos nos hemos sentido acompañados por la comunidad, con su apoyo nos hemos sentido reconfortados en esta andadura, en la cual hemos participado hasta el momento en dos mesas de trabajo, la primera junto a Silvia, en Procesos formativos: convertirse en discípulos misioneros y la segunda, ya en solitario, en Iniciación cristiana y catecumenado. Ayer estuvimos durante la mañana debatiendo y votando las enmiendas del primer núcleo temático, La alegría de creer hoy: renovar el encuentro con Jesús».

 

Nos tenemos que adecuar en la actualidad a las inquietudes y necesidades de los niños, jóvenes y no bautizados, para hacerles llegar la Palabra a través de un proceso que les forme y les haga crecer en la fe

 

«Los miembros de la Asamblea que tomaron la palabra defendieron sus enmiendas con convicción y pasión –asegura–; sin embargo, todo discurrió en un ambiente de hermandad, respeto mutuo y escucha atenta. Hubo tiempo de orar y reflexionar, compartir en presencia del Espíritu Santo nuestro sentir y pensar reflejado en las votaciones. Cuando retomamos el Plenario después de comer, se rezó en comunidad por el buen desarrollo de la reunión del Sínodo y se dieron las indicaciones y consignas para las mesas de trabajo que se reunirían a continuación. Como he comentado, participé en la mesa de Iniciación Cristiana, ya que conlleva una gran importancia. Los procesos de catequesis son la piedra angular de la construcción de discípulos verdaderos. La iniciación cristiana es por sí misma el encuentro vivo con Cristo y aunque la Iglesia lleva siglos formando cristianos, nos tenemos que adecuar en la actualidad a las inquietudes y necesidades de los niños, jóvenes y no bautizados, para hacerles llegar la Palabra a través de un proceso que les forme y les haga crecer en la fe».

 

Durante dos horas se contrastaron las diversas opiniones y posturas de los asistentes a la mesa de trabajo, veinte personas que provenían de distintos puntos de la provincia y representaban distintas sensibilidades de nuestra Iglesia: sacerdotes, laicos, catequistas y distintos movimientos laicales. «Estuvimos guiados por una mesa moderadora, y con la ayuda del Espíritu Santo todo transcurrió en un ambiente de hermandad, confianza, esperanza, y libertad para debatir y proponer las enmiendas al texto de trabajo, orientado a articular la formación de nuevos seguidores de Jesús en nuestra Diócesis, y para que sean votadas en la siguiente sesión asamblearia. Cuando finalizamos la reunión a media tarde nos dirigimos a casa con sentimientos encontrados, abrumados e inquietos por la transcendencia e intensidad de los temas tratados y, por otro lado, con el gozo de haber compartido, escuchado y vivido el sentir de la Iglesia de Burgos».

El fin de las mascarillas llega también a los lugares de culto

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mascarillas iglesias

 

El 20 de mayo de 2020, el BOE publicaba la orden que obligaba al uso de mascarillas en el país. Pasados exactamente dos años de aquella disposición y tras la aprobación en el Consejo de Ministros celebrado ayer, el Boletín del Estado exime desde hoy la obligatoriedad de usar el cubrebocas en los interiores, entre los que se encuentra, de igual modo, los templos y lugares de culto.

 

Desde el estallido de la pandemia, han sido numerosas las restricciones que han alterado las celebraciones litúrgicas, desde la supresión del culto público a clausura de algunos templos e iglesias a limitaciones estrictas de aforo. Con la supresión de la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores, la pandemia parece entrar en una nueva etapa, permitiendo que los actos de culto en las iglesias vuelvan a recuperar las costumbres previas a la crisis sanitaria.

 

No obstante la normativa, y sin olvidar «el sentido común» y que «la pandemia aún no ha terminado», desde la vicaría general de la archidiócesis se proponen algunas recomendaciones, como el uso del gel hidroalcohólico a las entradas de las iglesias y en sus presbiterios para que los sacerdotes puedan aplicárselo antes de la distribución de la comunión. Sobre el uso de la mascarilla, se subraya que «queda la libertad de usarla, especialmente cuando tanto el sacerdote como los fieles sean más vulnerables a infecciones respiratorias».

 

El uso de la mascarilla será obligatorio, en todo caso, en la celebración del sacramento de la penitencia, si se realiza en el confesonario o a una distancia inferior a metro y medio, tanto para el fiel como para el sacerdote. Para la distribución de la comunión y la administración de los sacramentos de la unción, bautismo, confirmación o matrimonio no es necesario el uso de la mascarilla, ya que el contacto físico, en estos casos, es puntual. «No obstante –subrayan desde la vicaría general–, atiéndase a la vulnerabilidad del fiel y utilícese el gel hidroalcohólico». En las residencias para mayores, capellanías de hospitales y velatorios será obligado cumplir las prescripciones dictadas en cada lugar.

La iglesia de Medina de Pomar estrena iluminación

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medina de pomar

 

Durante la Semana Santa, la iglesia de Santa Cruz de Medina de Pomar ha estrenado una nueva iluminación interior. El proyecto, de 13.979,15€, ha sido costeado por los fondos económicos de la parroquia, a los que se ha sumado algún donativo particular. En la actuación se han sustituido proyectores halógenos metálicos de 250 W por proyectores de LED de 50 W en las lámparas centrales y lámparas fluorescentes de 56 W por lámparas de LED de 22 W. Asimismo, se han cambiado los proyectores halógenos de los retablos de 150 W por proyectores de LED de 33 W. En total, la potencia estimada antigua de 9.630 W ha pasado a ser ahora de 2.680 W.

 

El párroco, Julio Alonso, señala que «la nueva iluminación interior LED es acorde al valor de los elementos artísticos y arquitectónicos de nuestro templo y nos permitirá, además, reducir los costes de consumo y mantenimiento actuales». La luz ahora resalta suavemente en las bóvedas y el coro y se distribuye armoniosamente de forma directa en la nave central. Además, el altar, el retablo mayor y los dos retablos laterales cuentan con su iluminación específica.

 

La Iglesia parroquial de Santa Cruz se sitúa en la parte más alta de la ciudad. Está fechada en el siglo XIV y es de estilo de transición al gótico con restos románicos del siglo XII. En su interior destaca el bello retablo tardo-gótico, del siglo XV, dedicado a san Juan Bautista. Se atribuye a la Escuela Castellana, seguramente salido de los talleres de Burgos y es un excelente conjunto en el que destacan sus pinturas, todas ellas realizadas en óleo sobre tablas ensambladas y con clara influencia flamenca. También son de interés los altares laterales con Jesús en la Cruz y la Dolorosa, además de los lienzos del siglo XVII que cuelgan de los muros del templo.

Concluyen las obras de restauración en la iglesia de Quintanilla Somuñó

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La iglesia parroquial de San Andrés Apóstol de Quintanilla Somuñó ha concluido recientemente sus obras de rehabilitación con un presupuesto de 24.285,71 euros y que han permitido la consolidación de la bóveda en la nave lateral izquierda y el muro este del cerramiento. La intervención ha sido posible gracias a la subvención entre Diputación y Arzobispado mediante el convenio de restauración de iglesias (2021-2022), con un montante de 17.000 euros. El resto de la partida (7.281,71 euros) ha sido aportado por la Junta Vecinal de Quintanilla Somuñó.

 

Según detalla el párroco, Miguel Ángel Sáiz, es un paso más en las tareas de consolidación del edificio, en el que se lleva trabajando casi tres lustros después de un largo deterioro. Con el transcurso de los años se ha intervenido en toda la fábrica (recuerda que el año anterior se repararon otras seis bóvedas) y ahora quedaría, únicamente, limpiar y colocar el retablo ubicado en el muro consolidado este año.

 

El archivo parroquial de San Andrés data de 1583 y su templo cuenta con tres naves con arcos y nervios de piedra, obra de Diego Azas y Juan Esquivel, construidos en 1588. El ábside de la iglesia es rectangular y cuenta con un rosetón gótico cegado y canales lisos en alero. La portada es renancentista, con un arco de medio punto. Cuenta también con una espadaña de estructura rectangular añadida con tres huecos y dos campanas. Posee un retablo barroco, obra de Fernando Peña (1686).