«La Iglesia está llamada a anunciar otra forma de entender el trabajo»

Miembros de la Comisión Permanente de la HOAC se encuentran con militantes de Burgos y Miranda en vísperas de la celebración del Día del Trabajo.
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Coherencia y esperanza. Son las dos palabras más mencionadas por los miembros de la comisión permanente de la HOAC que en los primeros días de la Pascua y en la víspera de celebrar el Día del Trabajo han visitado la archidiócesis de Burgos. Maru Megina y Fernando Díaz, presidenta y consiliario nacionales de la HOAC, han tenido oportunidad de encontrarse con los militantes de Burgos y Miranda y conocer de primera mano algunas de las realidades en las que desarrollan su misión.

 

Detectan en ellas un gran reto para la Iglesia: llegar a los sectores más precarizados del mundo laboral. «Hay una preocupación en nuestros militantes, que también hemos podido compartir con representantes sindicales, por la situación de sectores muy concretos, con mucha temporalidad, salarios muy bajos, economía sumergida… Es un reto para la Iglesia al que los militantes de la diócesis están intentando llegar», indica Megina.

 

Fernando Díaz aclara que, pese a la última reforma laboral, «que es la primera en este país en la que en lugar de recortar derechos se les han devuelto a los trabajadores, sigue habiendo temas pendientes que pueden hacer que la precariedad cambie de rostro pero no desaparezca». Menciona salarios precarios que impiden tener un proyecto vital a algunas familias o jóvenes obligadas a desarraigarse culturalmente o de sus relaciones humanas. «La Iglesia, siguiendo al Papa, está llamada a anunciar otra forma de entender el trabajo, como relación entre personas, encaminada al bien común y en el que se propicie el cuidado de los seres humanos y de la creación».

 

Maru Megina está convencida de que muchos sectores del movimiento obrero y de la sociedad están expectantes del papel de la Iglesia ante el reto de construir una sociedad más humanizadora. Para ello lo que más reclaman es coherencia. «Que además de predicar demos trigo», indica gráficamente Fernando Díaz. «Cuando proponemos la Doctrina Social de la Iglesia debemos dar testimonio de que no es simplemente una utopía, sino que es posible otra manera de ser, vivir, construir relaciones laborales. La llamada que nos hace el mundo del trabajo es a la coherencia. Si hablamos de trabajo decente, la Iglesia tendría que ir muy por delante en sus propias relaciones laborales, en múltiples ámbitos, desde colegios, hospitales hasta diversas instituciones».

 

Para Díaz la evangelización del mundo del trabajo sigue pasando por la cercanía y el acompañamiento de los más vulnerables «de sus dolores, sufrimientos y alegrías y que sepamos acompañarlos. Y en esas realidades, ser capaces de anunciar la Buena Noticia de Jesucristo».

 

La HOAC también tiene una palabra que decir a la Iglesia en el camino hacia una mayor sinodalidad propuesto por el Papa. El consiliario nacional de este movimiento asegura que toda la Acción Católica es una experiencia de sinodalidad con gran recorrido en la Iglesia «en la manera de construir comunión, corresponsabilidad, en cómo hacemos los discernimientos, revisión de ida, cómo tomamos los acuerdos… Es una de las organizaciones eclesiales menos clerical. Y podemos aportar esta experiencia al resto de la Iglesia, no para ponernos medallas, sino porque demuestra que es posible lo que propone el Papa Francisco».

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