Corpus Christi, un «misterio de fe, esperanza y caridad»

Tras dos años de ausencia, la procesión del Cuerpo y Sangre de Cristo ha recorrido de nuevo las calles de la ciudad en horario vespertino, como hizo por última vez antes de la pandemia.
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En 1264, un milagro eucarístico en Bolsena (Italia) impulsó al papa Urbano IV a instituir la fiesta del Corpus Christi con la idea de sacar en procesión a Jesús Sacramentado por las calles y plazas de pueblos y ciudades de todo el mundo. Aquella tradición nunca se vio suspendida, incluso cuando su expansión por Europa corrió de la mano de la temida peste negra. Los dos últimos años, sin embargo, la fiesta se «confinó» en Burgos en el interior de la Catedral, igual que tuvieron que hacerlo numerosas personas en sus casas, a causa del coronavirus.

 

Hoy, ya sin restricciones sanitarias, la fiesta del Corpus ha vuelto a la ciudad con la solemnidad de siempre y con las novedades introducidas en 2019, el último año antes de la pandemia: con misa y procesión en horario vespertino. Este año, además, se ha estrenado itinerario procesional y la custodia con el Santísimo sobre la carroza de plata del maestro Suárez ha recorrido la plaza de Santa María, Nuño Rasura, el Espolón, la calle Santander, San Juan, Laín Calvo y La Paloma, evitando la parada en la Plaza Mayor y en un itinerario salpicado por numerosos altares cuidados por la asociación «Pro Corpus Burgos».

 

Al finalizar el recorrido, el arzobispo ha impartido la bendición con el Santísimo desde el balcón de la Catedral de la plaza del Rey San Fernando, donde ha esperado la comitiva de autoridades civiles, asociaciones eucarísticas, Gigantillos, Gigantones y los Danzantes de la ciudad y numerosos burgaleses, que han acompañado al Señor en todo el trayecto. «El Señor nos arropa en cada momento y nosotros hoy lo arroparemos a él», ha predicho don Mario Iceta momentos antes de la procesión. Y así ha sido.

 

En su homilía ha subrayado que la eucaristía es «un misterio de fe, esperanza y caridad». «Misterium fidei porque es duro seguirlo y tenemos que acoger su grandeza aún en medio de nuestras oscuridades». Misterio de caridad porque «el amor exige presencia» y «Cristo ha querido quedarse entre nosotros», pues «no es un relojero que se desentiende del mundo», sino que «está en medio de nosotros para abrazarnos con su presencia y con su amor. No estamos solos en los momentos de dificultad», ha insistido. «El Señor es descanso en la fatiga, luz en la oscuridad, fortaleza en la debilidad». Por último, ha indicado, la eucaristía es también «misterio de esperanza», pues en ella «Cristo viene a buscarnos cuando las fuerzas fallan al final de nuestras vidas».

 

En el día de Cáritas, el pastor de la archidiócesis ha recordado también que la eucaristía exige que «seamos nosotros su misterio de caridad para los demás». «La mentalidad de Jesús es diferentes de los demás y nos invita: ‘Dadles vosotros de comer’». «Jesús necesita tu pobre ofrenda para alimentar a la humanidad, para compartir lo que tenemos», que quizás «no es dinero, pero sí tiempo, generosidad, habilidades, dones que el Señor nos ha dado… para dar de comer a la multitud», ha invitado.

 

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