El arciprestazgo de Santo Domingo celebra la presencia de la vida consagrada en la Ribera del Duero
Son más de una docena y tienen un fuerte arraigo en la Ribera del Duero, donde su historia se remonta siglos atrás: las comunidades de religiosos y religiosas del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán se reunieron el pasado 2 de febrero en Aranda, con motivo del día de la Vida Consagrada en la fiesta de la Presentación del Señor y bajo el lema «Caminando en esperanza», para celebrar su presencia y su servicio en este territorio de la archidiócesis de Burgos. Lo han hecho con una eucaristía y un ágape fraterno en la iglesia del Corazón de María de los Padres Claretianos en la que han estado acompañados de sacerdotes y de laicos y laicas del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán.
En el arciprestazgo están presentes comunidades de dominicas y dominicos en Caleruega; franciscanas Concepcionistas en Peñaranda; agustinos en La Vid; hermanos de la Sagrada Familia en La Horra; Espiritanos en Roa; Gabrielistas y Iesu Communio en La Aguilera, y en Aranda, las Hijas de la Caridad, Madres Benedictinas, Dominicas de la enseñanza, Hermanitas de los ancianos desamparados y Claretianos.
Su labor e identidad es amplia y diversa, sirviendo a la población en colegios, residencias de mayores, ofreciendo espacios para cultivar la oración y la espiritualidad y compartiendo labores pastorales con el resto de los miembros del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán.